Así,
ante el fundido del espejo,
la fábula que te conté,
esta misma noche
la garganta de ceniza,
y el plasma
que se oculta
en un cuarto cerrado.
...
(Luis Ángel Lobato, Brillante, Página 59)
En el crisol del espejo fundido el aire.
La noche abre las estancias secretas.
El reverso del corazón tatuado con un nombre.
El silencio, la espera se hacen labios apenas abiertos.
Nace la palabra del viajero,
la garganta ahogada de la despedida.
la garganta ahogada de la despedida.
(Agustín Merino)
Me gusta la gradación de este poema.
ResponderEliminarY me gusta mucho la ilustración.
Gracias a ambos por compartirlos.
Sobre el misterio de lo poético. Excelente. Dale la enhorabuena a tu hermano.
ResponderEliminarCuando se va la persona amada y hay que despedirla, sucede todo esto que escribe Agustín y produce una honda tristeza para el que lo escribe y también para el que lo lee porque lo reconoce y lo siente. Buen poema
ResponderEliminarBesos