Comentario parcial al diario del pianista Diego Fernández Magdaleno: "El tiempo incinerado". Para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.
"No hallé cosa en que poner los ojos que no fuera imagen de la muerte". Lo dejó escrito Quevedo y, en las páginas del libro, hay muchos momentos en que el escritor no halla sino imágenes de la muerte.
Y no solo la enfermedad del padre, también los muertos del 11 de marzo madrileño, los de los campos de concentración nazis, el trío de mujeres poetas sufrientes y suicidas tan admiradas, muchas de sus citas literarias. ¡Qué alegría de libro!
Por el contrario, sí, qué alegría de libro, porque allí bulle la vida, cuando Diego habla de música, "lo más parecido a la felicidad", "una necesidad contra la que nada puede hacer racionalmente", algo que "ni una sola página ayuda a comprender", "que solo existe al convertirse en experiencia". Pero que se hace realidad, gozosa realidad, cuando sus manos se posan sobre el teclado. ¡Ni siquiera la partitura es música!
Volví al paseo y a la tercera parte, más oscura que las dos primeras. Por eso releía, me daba la impresión de que algo se me había escapado.
"No puedes alejarte más porque hacia ti vuelve lo que intentas soltar con más ahínco".
Sí, el recuerdo vuelve con más insistencia si intentas arrojarlo de ti, como un pertinaz boomerang diría yo, distrayéndome con mis particulares recuerdos no gratos, que a nadie faltan.
Con mis recuerdos estaba , cuando casi tropiezo, es peligroso leer andando, con una compañera de la lectura colectiva. Nuestro diálogo, más o menos, fue así:
-¿Qué tal con el libro? ¿Difícil verdad?
-Sí, cuesta meterse en él. Y te irrita, al principio: una cita detrás de otra. Este hombre quiere ser sublime sin interrupción, pensaba yo, recordando a Umbral que, a su vez, recuerda a Baudelaire.
-Vaya, pues tú también encadenas una cita con otra. ¿Por dónde vas?
-Ahora estoy en la sesión de quimioterapia que dan a su padre el 2 de septiembre. "Los pacientes están sentados sobre cómodos asientos. Algunos leen y otros incluso duermen con aparente tranquilidad mientras le administran la quimioterapia".
-El autor hace como casi todos los acompañantes, en situaciones así: "mirar las hipnóticas gotas...como si lleváramos la cuenta". "Es una forma de tratar la impotencia, de sentirnos útiles". "Sabemos lo importante que es el estado psicológico de quien padece cáncer y a eso sí contribuimos".
-Metástasis, marcadores biológicos, las joyas del cisplatino y el carboplatino, el vocabulario del cáncer. "Nada sabemos". Todos los que acompañan en esa sala silenciosa son uno solo, comparten la confianza, sin ninguna certeza. Al uno y otro lado de las gotas, reina una dolorosa "aparente tranquilidad". El amor en ambas direcciones.
-A ratos cuenta las gotas y a ratos lee. Siempre tiene libros a mano, su salvación. ¡Pero qué libros tan tristes! Mira, al día siguiente, nos dice que acaba de leer una biografía sobre Anne Sexton. Coincide con ella en su fantasía ideal: "suicidarme, que me juzguen después y que me devuelvan aquí". Cumplió con lo primero, se dio un atracón de monóxido de carbono, pero lo demás...
-Sí, lo he buscado. Se puso el abrigo de piel de su madre, se tomó un wodka y se metió en el coche. Terrible. Víctima de un transtorno bipolar, había dicho: "Mis admiradores creen que me he curado; pero no, sólo me he hecho poeta". Como su amiga, la Plath, que se asfixió con gas, otra que tal.
Silvia Plath y Anne Sexton
-Seguimos con el diario. El 4 de septiembre tiene lugar la matanza de la escuela de Beslán, en Osetia del norte. Una sola palabra en un titular:"Carnage", masacre, matanza. En español, nos suena a carnaza. "Niños semidesnudos, ensangrentados, obligados a beber su propia orina". En los periódicos de todo el mundo se reproduce la foto de una madre que acaricia a su hijo asesinado.
-Como decías, la tragedia colectiva interactúa con la personal que vive el pianista, como ocurrió el 11 de marzo.
-Un oasis en que padre e hijo ven juntos un documental interesante para ambos, supongo que en la televisión. Seguimos.
-El 6 de septiembre nos cuenta que le han encargado que escriba un prólogo destinado a un libro con textos destinados a "comprender la música". Se ha negado porque "la música no tiene una forma de comprenderse a través de la palabra","ni una sola página ayuda a comprender la música".
-¿Cómo es eso? ¿Qué dice ahí de las sinfonías de Brahms?
-"Las sinfonías de Brahms se explican a sí mismas en su propia audición". Y la anécdota de Beethoven, al que le preguntaron qué pretendía decir con la sonata que acababa de interpretar, Respondió sentándose de nuevo para tocarla.
-Y Manuel de Falla escribió que "la música se aprende pero no se enseña". Muchas personas confunden la comprensión con la información, a veces reducida a lo anecdótico. Su admirado "Miguel Frechilla se refería a ellos como expertos en los cuadernillos que incluyen los discos
expertos en los cuadernillos que incluyen los discos".
Discos con cuadernillo de información que no de comprensión.
Escucha el final: "Cuánta pedantería se esconde en ese grupo, de los que se autodenominan melómanos. Precisamente para ellos va a publicarse ese libro,cuyo prólogo, como es lógico,no puede ser esto que escribo".
-El 7 de septiembre se habla a sí mismo: "Guardabas cuatro años en cajas y maletas, hacías inventario de un prolongado error que, sin embargo, aún no consideras del todo inútil". ¿Se refiere a una etapa sentimental errónea?
-Sí, puede ser; pero escucha una voz en la que reconoce "La puerta en el muro" de H.G.Wells, un cuento donde un niño encuentra, tras una puerta verde, la más absoluta felicidad, en un jardín preciosísimo. La voz se desliza en los armarios "para buscar tu atención y no abandonarte nunca". ¿Un nuevo amor que le trae la felicidad para siempre?
...reaccionarios, pedagogos autoritarios, funcionarios tremebundos y atemorizados, lacayos que tienden a repetir cosas ya dichas, recitando a los clásicos como letra muerta. Hay de todo, señor Ferrarotti. Conozco a muchos docentes que luchan por contagiar a sus alumnos el gusto por la lectura e incitan su curiosidad intelectual, por encima de tremebundas leyes educativas y de cuadriculados inspectores. Las lecturas obligadas pueden ser muy tristes, es verdad, en eso le doy la razón.
Pedro Ojeda, un buen profesor, recordando sus años escolares.
-No te lo tomes como cosa personal. "Leer, leerse" es el pequeño testamento de un verdadero enamorado de los libros". Ferrarotti dice que morirá con un libro en la mano, que esa será su extremaunción.
-Y llegamos al 9 de septiembre con el VI Encuentro de Escritores que se centró, en 2004, en Miguel de Cervantes, ante la celebración del cuarto centenario de la publicación de Don Quijote. Por ello, le encargaron un programa para el concierto que ha dado ese mismo día, centrado en músicas que tuvieran relación con la época o con los textos de Cervantes. Entre otras, interpretó obras de Cabezón y la "Serenata a Dulcinea" de Halffter, ante buenos amigos a los que siempre desea ver. La amistad hizo más hermoso su trabajo.
-Y el quijotesco pianista llenó la sala...
-Y anciano de la tribu Tatooga, en Tanzania. No lo olvides. Alguien que "ha dado mucho más de lo que ha recibido. Y es injusto".
-El 11 de septiembre vuelve al tema del cáncer. Cree que "la dificultad psicológica en un enfermo de cáncer reside en distanciar, lo máximo posible, su mente de su cuerpo". Es la conclusión a la que llega, después de charlar con muchos enfermos y con su padre.
-Porque, cuando no hay posibilidad de curar y el tratamiento es solo paliativo, "es casi imposible que la metástasis no llegue también a la voluntad de hacer frente a un porvenir incierto". "El enfermo entrega su cuerpo a otro...el oncólogo...No podría explicarse de otro modo la abnegación con que admiten cualquier tratamiento...".
-Al día siguiente, día 12, escribe sobre un doctor alemán, Peter Schönhöfer, que ha sido llevado a juicio muchas veces por las industrias farmacéuticas. Ha denunciado el fraude de los laboratorios y la presión que ejercen sobre los médicos para controlarlos. Nunca ha perdido ningún juicio, aunque las cantidades reclamadas, podrían haberlo llevado a la ruina.
-Concluye que la vida humana, en el mercado, tiene un valor escaso.
-El día 13, D.F.M. escribe sobre el periodista cubano Raúl Rivero , condenado a veinte años de cárcel, "por actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado" y cumplía entonces la sentencia, en condiciones infrahumanas.
-Diego imprimió, en el programa de uno de sus conciertos, un poema de Raúl Rivero, "como homenaje mínimo a su causa que es la libertad y el valor frente a la tiranía".
-El día 14, no pudo dormir, no puede hacer nada para que la enfermedad de su padre siga avanzando. Nadie puede y ha traído a su habitación tres libros con el mismo título: "La muerte". Tiene una sensación del todo nueva: "por primera vez, pensar la muerte no es sólo un ejercicio intelectual: la muerte, hoy, tiene olor, forma y sabor de sobra conocidos".
-Comenzó la página del diario con Epicuro: "Nada es la muerte para nosotros, puesto que cuando nosotros estamos la muerte no está, y cuando ella llega no estamos ya nosotros".
-¿Te parece un consuelo que sea así?
-Puede serlo, para la muerte como experiencia individual. Mas "la muerte de los que amamos sí está al mismo tiempo que nosotros". Es "un ensayo de nuestra propia agonía". No sólo desparece el otro, sino "todo lo suyo que era nuestro", "un tejido que se desgarra", "un silencio indescifrable".
Me despido de la compañera de lectura, nos veremos este viernes. Completaremos nuestra visión de "El tiempo incinerado".
Hasta aquí he llegado con mis comentarios...
Un abrazo, para todos los que pasáis por aquí, de:
María Ángeles Merino Moya
Minuciosa como siempre, desgranando frase a frase, sentimiento a sentimiento.
ResponderEliminarSolo la música, la lectura, los amigos y la familia logran hacer que la enfermedad y la muerte dejan el primer plano. Es una presencia constante en este diario, desde el título. Y cómo nos acerca al autor.
ResponderEliminarLa vida humana en el mercado tiene un valor escaso...Una triste realidad, pero gracias a los afectos es cuando la muerte de los que amamos tiene una importancia.La reflexión de EpÍcuro es una realidad...
ResponderEliminarEn cambio bonita extremaunción la de ferrurotti.
No son buenos momentos gracias a su refugio (la música), puede dar rienda suelta a esa impotencia que produce el no poder evitar el final de un ser querido.
Un abrazo MªAngeles.
Buenas tardes, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarDisfrutaréis esta tarde en el coloquio y con la interpretación de piano.
Me parece muy importante que el autor señale los déficits con que nos encontramos al enfrentarnos a la enfermedad, y los plazos de respuesta de la sanidad pública para realizar las pruebas necesarias a los pacientes.
Destaco las conclusiones a las que llega del 11 al 15 de septiembre: “El enfermo, a veces, sólo recurre a una leve esperanza por seguir viviendo.”
Abrazos.