Y el pinsapo sueña. Se asoma, curioso. Decide volar sobre las piedras , las del monasterio de San Pedro de Arlanza. ¡Y puede hacerlo!
Sobre piedras románicas, piedras góticas, piedras herrerianas, malas hierbas que aquí son buenas.
Y sobre la ermita de San Pelayo, allá en lo alto...
San Pelayo arriba, a la derecha.
Ermita de San Pelayo por fuera.
Ermita de San Pelayo por dentro.
Árboles y más árboles acunan una cinta de agua. ¡ Quiere mirarse en ella!
Y esos extraños seres que de vez en cuando le visitan.
Sí, todo ha sido un bello sueño. Los árboles no vuelan.
El pinsapo, un buitre leonado y Fernán González.
¡Dichoso ese pájaro!
El Conde Fernán González sigue emulando a Santiago Matamoros, en su eterno campo de batalla de jaramagos.
Si queréis saber algo más, podéis pinchar en:
¿Sabíais que aquí se rodó parte de la película "El bueno, el feo y el malo"?
Otro día os hablaré de lo que estuvo y ya no está aquí.
Gracias a mis compañeros Laura, Carlos y Joaquín que me han prestado sus fotos.
María Ángeles Merino
Una gloriosa ruina parte de nuestro pasado histórico.
ResponderEliminarEl lugar invita a la contemplación y de eso sabe el pinsapo; en estas fotos se aprecia mejor su majestuosidad.
Un abrazo MºAngeles
buen...ísimo!!!
ResponderEliminarsaludos, gracias por esta magnífica entrada
Hermoso valle a la vera del Arlanza. Con las eternas ruinas del monasterio y el vuelo de los pinos que se alzan.
ResponderEliminarun bsazo
Nos queda soñar con su pasado y esperar su incierto porvenir.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarEs un lugar precioso tan verde y con ese río largo serpenteante. Cuánto trabajo. Imagino -en su día- el transporte de las piedras hasta allí, el ruido de las herramientas de los canteros, los fríos y calores, ...
Las ramas del pinsapo han adoptado forma de bóveda estrellada.
Abrazos.