"Viene la noche", imagen tomada en Palacios de Benaver (Burgos)
Comentario al capítulo último de la novela "Viene la noche", de Óscar Esquivias, lectura colectiva de "La acequia".
Coloco el comentario en dos entradas porque la nueva configuración de Blogger no me permite poner todo en una misma página, como suelo hacer.
Continuación de la entrada anterior:
Cebrianitos despierta, Benjamín va a mear a unas matas. El del taca taca sonríe, agradece el calorcillo de este sol que le regala un poquito de vida, como si a él también le llegase la savia fresca...
Piensa en contar a su amigo el infernal sueño, pero lo ve acercarse con muy mala cara. Pálido y sudoroso, no acierta a cerrar la bragueta. Ha orinado sangre, es una terrible señal.
Cebrianitos le da unas palmadas en la espaldas; le dice que no se asuste, que puede ser una infección o cualquier tontería, que a esta edad lo normal es tener la vejiga floja.
Mas Benjamín, muy serio, afirma: "Creo que este ha sido mi último invierno, compañero".
Benjamín Tobes sabe lo que dice, ya no le quedan esperanzas, ni alegría ni fuerzas. La sangre se le va, la vida se le va. Y todo le da igual.
Cebrianitos intenta ahuyentar el pesimismo de su amigo: no te da igual, vete al médico, no te angusties, no te quejes, que morirse es muy difícil, te lo digo yo. Porque este viejito tan optimista es de los que lleva años despidiéndose del mundo. Pero su amigo le replica que no se haga el valiente, que pronto los dos van a pasear por las estrellas.
Cebrianitos mantiene, a pesar de todo, el buen humor. Contesta: "hala , ni que fuéramos astronautas".
Benjamín le pone la mano en el hombro y sentencia: "Esto es así, compañero". Esta última palabra consigue emocionar a su amigo. Nunca le había llamado así, le parece la palabra más afectuosa del diccionario.
Pasean lentamente, entre flores y verdores, entre el jolgorio despreocupado de los pájaros.
De vez en cuando se les adelanta algún deportista joven . Nadie va a su par, están agotando la vida mientras los demás la celebran.
Cebrianitos no lo comenta pero en lo que se siente compañero de tu suegro es en "el viaje definitivo a la oscuridad". La oscuridad, la nada o lo que Benjamín llama hoy "estrellas".
Miran al cielo. Sobre ellos, las flores de los ciruelos rojos, las copas de los fresnos, los helicópteros, las estelas de los aviones, el sol, el cielo azul. Y , tras él, "laten las invisibles estrellas".
Pero todos, algún día, pasearemos por las estrellas.
Un abrazo para todos los "compañeros" que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Pedro Ojeda dice en "La acequia":
"Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, comenta el último capítulo de Viene la noche: tiene razón, la noche de los personajes será menos negra que la de sus lectores."
Tienes razón: a pesar de su noche, la nuestra será más negra.
ResponderEliminarBesos.
Cebrianitos representa el prototipo de amigo fiel. El tiempo vuela
ResponderEliminarMuy triste este final... Besotes, M.
ResponderEliminarBueno, tal vez nosotros todavía podamos pasar a la posteridad y vivir eternamente. A ver si entre todos se nos ocurre la forma :-)
ResponderEliminarBesos
He estado mirando fotos de Burgos cuenta(ÁLBUM CIUDADANO DE FOTOGRAFÍAS.
ResponderEliminarLOS AÑOS DEL FRANQUISMO: 1936 - 1975)y como me parece que en esta de 1962 sale tu casa, te la mando
Las nuevas avenidas comienzan a surgir y la ciudad va creciendo, dejando paso a la capital que ahora conocemos. En esta imagen se aprecia el imponente aspecto que era la avenida del Cid.
Un beso Compañera imprescindible y entrañable.. te sigo leyendo , siempre, Google Reader hace milagros..
ResponderEliminarBueno, veo que por fin, terminas el libro y termina la vida de estos personajes. Ya sabes que con algunos puedes continuar. No creo que a Oscar Esquivias le moleste. Claro que antes tienes que escribir sobre Sor Austringiliana, ese es un pesonaje tuyo que te esta esperando ¿Es que no las oyes como te lo esta suplicando?
ResponderEliminarBesos
¡Qué toque tan emocinante le das al final! Benjamín y Cebrianitos viajando rumbo a las estrellas, como DQ y Sancho a lomos de Clavileño.
ResponderEliminarA Benjamín le parece compañero un grado más que amigo.
Un abrazo
me encantó la relación de amistad entre Cebrianitos y Benjamín... porque aunque Óscar la trata como de pasada, sí deja vislumbrar la profundidad de la misma.
ResponderEliminarquien tiene un amigo tiene un tesoro; tópico pero cierto.
biquiños,
y hasta las estrellas!
Pedro: nuestra noche será más negra, terrible.
ResponderEliminarPaco: amigo fiel de su antiguo jefe, algo no muy común.
Merche: triste, aunque el autor nos evita la muerte de Benjamín...deja abierta la puerta.
Asun: buena idea, pasemos a la posteridad, no sé cómo, pero pasemos. Sonrisa.
Federico Vélez: gracias por la foto, todo un detalle. La utilizaré en una entrada que tengo en la cabeza. La avenida del Cid aparece muy desangelada, faltan los tilos. ¿Vivirá alguien de los que pasean en la foto? Bueno, algunos sí. Mi casa sé que tiene unos sesenta años, la calle Julio Sáez de la Hoya no existía, aparece en las viejas escrituras como "huerta de la plaza de toros". Tu padre fue un gran fotógrafo y tú un buen divulgador de la obra paterna. Por cierto ¿cómo sabes...?
Martine: no sé de qué va eso del Reader pero si nos pone en comunicación...estupendo. ¿Qué tal tus sanchicos y karines?
Ele: lo de Sor Austri con tiempo, es mi personaje, no la olvidaré. Sara está bien con su padre actual, no la continuaré, es esquiviana.
Pancho: rumbo a las estrellas, qué imagen cervantina la que nos aportas. Compañero.
Aldabra: es una frase hecha, pero es así. Rumbo a las estrellas dentro de muchos años.
Besos, compañeros.