domingo, 15 de agosto de 2010
¡Lo que sabe de libros este hidalgo de pueblo!
Segunda parte del comentario al capítulo 2,62 del Quijote, publicado en "La acequia".
"Que trata de la aventura de la cabeza encantada, con otras niñerías que no pueden dejar de contarse"
A don Quijote le apetece pasear a pie, por la ciudad, sin que la chiquillería vaya detrás del caballo. Sale con Sancho y dos criados de don Antonio. Yendo por una calle, dan con una imprenta; lo cual le contenta mucho, por ser ésta la primera que ve en su vida.
Movido de su curiosidad, entra y contempla su actividad normal: tirar, corregir, componer, enmendar y manejar la maquinaria. Va de cajón en cajón, haciendo preguntas y los oficiales le contestan. En uno de ellos, el oficial está componiendo un libro para darlo a la estampa, junto al traductor que lo ha trasladado del toscano al castellano. Pregunta don Quijote a éste, cómo traduce algunas palabras toscanas, ya que nuestro hidalgo se precia de conocer bien esa lengua. Elige algunas muy conocidas en la España de entonces: piñata es olla, piache es place, più es más…Irónicamente proclama lo adelantado que está el traductor en ese idioma, con su florido ingenio y su loable trabajo.
Ahora el loco caballero andante habla como persona culta, sensata y refinadísima. Y nos da su razonada opinión acerca de si se puede traducir o no. Su opinión es negativa, a no ser que se trate del latín o del griego. Con una acertada imagen compara a quien traduce como a quien mira un tapiz flamenco al revés. Aunque se distingan las figuras, hay hilos que no dejan apreciar la claridad y el color del lado recto. Tiene algo de razón don Quijote, en las traducciones hay matices que se nos escapan…Mas ¿qué haríamos sin traducciones?
"...el traducir de lenguas fáciles ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel." Ya lo sabes, hermano, ni ingenio ni elocución.
Es loable el trabajo de traducir, reconoce. Y lo que añade a continuación no es muy considerado con el gremio de traductores: “en otras cosas peores se podría ocupar el hombre”. Como excepción cita dos buenas traducciones, y sus autores, que se libran de la quema.
Dejando las traducciones a un lado, pregunta al autor traductor si el libro se imprime por su cuenta o ha vendido el privilegio a algún librero. Le responde que lo hace por su cuenta y piensa ganar mil ducados, por los dos mil cuerpos de la primera impresión. A Don Quijote le parecen ingenuas sus cuentas y le augura un futuro muy negro, con el cuerpo molido de cargar los dos mil tochos. El autor ya es conocido y no está dispuesto a darle los beneficios a un librero, que él busca dinero, no fama a secas. ¿Por qué sabe tanto de esto un hidalgo de pueblo?
Y después de la corrección de un catecismo, lo mejor para pecadores, pasa adelante y se tropieza, nada menos que con la “Segunda parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”. ¡El apócrifo!
Don Quijote , sosegadamente, dice que ya tiene noticia de tal libro, aunque pensaba que ya estaba quemado por impertinente; pero le llegará su San Martín, como a todo cerdo. Que las historias, fingidas o verdaderas, son más deleitables si se acercan a la verdad. Es lo que siempre defendió Cervantes.
"...su San Martín se le llegará como a cada puerco..."
Algo enfurruñado, sale de la imprenta don Quijote. A ver si se le pasa, que han de ver las galeras en la playa, que don Antonio ha avisado al cuatralbo de que había de verlas su famoso huésped, don Quijote de la Mancha. A Sancho le hace ilusión.
Un abrazo de María Ángeles Merino
Pedro Ojeda dijo en "La acequia":
"Abejita de la Vega halló una abeja laboriosa junto a un trigal burgalés para comentar las noticias anteriores. Después comenta el capítulo, comenzando por las bromas de don Antonio en la mesa y sobremesa, bien ilustradas y terminando con el resto de pormenores... sin olvidarse de lo del cerdo. Después publica la nota del Sanchico -gracias a Ele Bergón- que nos cuenta la preocupación familiar por Sancho: dispuestos todos a viajar a Barcelona."
Leer más: http://laacequia.blogspot.com/#ixzz0ws55C1Hb
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Pedro: ¡Qué lección le da Cervantes al tal Avellaneda! Le llegó su San Martín, por eso no me olvidé del cerdo, en mi entrada.
Es un placer aprender así. Un abrazo.
Qué dificil es hacer una buena traducción. Razón no le faltaba a nuestro Quijo.
ResponderEliminar"A cada cerdo le llega su San Martín", anda que no le hecha un mal de ojo al apócrifo.
Verdad...si no tuviésemos traducciones...que sería de nuestro saber???
ResponderEliminarVemos una vez más el sentir de Cervantespor boca de Don Quijote, de un lado su opinión sobre el tema traductorio...ty de otra la opinión que le merece el "plagiador" Avellaneda...un abrazo
En efecto, el tiempo puso a cada uno en su sitio. Ganó Cervantes... y nosotros.
ResponderEliminarAy, me he sentido identificada con los traductores. Soy una mierda. Como no traduzco del latín y griego... Pero, es verdad, ¡qué sería de nosotros sin ellos! (los que traducen libros, quiero decir). No sé cómo serán las traducciones del inglés, francés, portugués y el catalán al español porque esos siempre trato de leerlos en sus versiones originales, pero puedo decir que he disfrutado leyendo a Milan Kundera traducido al castellano y, a Tolstoy, Dostoyevski, Turgueniev, Chekhov, Ibsen, al inglés. Muy interesante tu broche de oro a este capítulo. Besotes, M.
ResponderEliminarHola coleguis.
ResponderEliminarOigo que dice mi madre
-Y ¿por donde andara este hombre? ¿En que andurriales se habra metido?
- En Barcelona mama, estan en Barcelona.
-Pero ¿que se les ha perdido alli, en esa ciudad tan grande? Y ¿tu como lo sabes Sanchico?
- Lo se, porque tengo unos amigos cibernautas
-¿Ciber que?
-Bueno es igual, que estos amigos estan leyendo todas las aventuras que les pasan a padre y al Alonso
Y me lo han dicho. Bueno lo he leido
-¿En vacaciones tambien leen?
-Si mama, es que a ellos les gusta mucho los libros y en especial "Don Quijote de la Mancha"
- Ya, ya, pues sabes que te digo Sanchico, que ahora mismo nos vamos tu y yo a Barcelona.
_¿De verdad? ¡Que bien me voy a la playa a ver las pibitas en bikini.
-Bueno yo a quien quiero ver es a tu padre Sancho, que ya hace mucho que se fue y le estoy echando en falta.
Asi que aqui estamos en Barcelona y nos hemos enterado que el tal Don Quijote, es decir, el Alonso y mi padre SAncho andan en casa de un tal Antonio Moreno y parece ser que el Alonso lleva un cartel que dice que es Don Quijote, por eso todos lo conocen. Y el iluso del Alonso y claro mi padre tambien, sin enterarse. ¡Que bromas tan pesadas gastan algunos!
Aun no los hemos encontrado, pero en cuanto aparezcan, mi madre viene dispuesta a llevarselos a casa que ¡ya esta bien! de andorrear por ahi sin ton ni son.
Si os digola verdad yo estoy disfrutando mucho, pues me gusta estar con mi mami sin compartirla con nadie. Mi hermana Sanchica tambien se ha ido a la playa con su novio el segurata, asi que por ahora lo de encontrar a mi padre, pues, no se, no me importa tanto
Choque de manos
El Sanchico
Asun: difícil es traducir y, además, dicen que un traductor siempre es un traidor. Le echa mal de ojo pero, a pesar de todo, pasó a la posteridad, de la mano del Quuijote auténtico.
ResponderEliminarManuel: nuestro acceso al saber sería mucho más limitado. Cervantes siente antipatía por los traductores y odio hacia el plagiador.
Pedro: ganó por goleada, el tiempo pone a cada uno en su sitio, como dices.
Merche: ay, Merche, mira que no darle al griego y ala latín. Es bonito leer el original, pero a falta de pan, buenas son tortas. Yo leo sólo en castellano y un poco en francés, las traducciones me son muy útiles. Y ate conté las limitaciones de la educación, en los setenta.
Sanchico majo: buen viaje y disfruta.
Un abrazo
Si Merche se siente asi, yo no quiero continuar. ;-)
ResponderEliminarUn abrazo traductores
Mª Ángeles, besos