domingo, 23 de mayo de 2010
"Vuesa merced...es mujer dignísima de un gobernador archidignísimo, y para prueba desta verdad reciba vuesa merced esta carta y este presente." (2)
La abejita prepara un "empedrado", para el paje.
Segunda parte del comentario al capítulo 2,50 del Quijote, publicado en "La acequia".
Mi madre no quiere salir por aquí. Dice que ella es personaje de lo más principal y se niega a salir como secundario. Así que cuento lo que Teresa Panza, mi madre, me cuenta.
Mientras yo atiendo a caballo y a caballero, Teresa se sale de casa, con los corales al cuello, “tañendo en las cartas como si fuera un pandero”, tan contenta estaba. Se encuentra con el cura y con Sansón Carrasco y les dice, bailando que es ya gobernadora, entre otras cosas que , de momento, no entienden. Creen que se ha vuelto loca de atar.
Les da las cartas, las lee el cura y los dos se miran asombrados e incrédulos. Pregunta el bachiller quién las ha traído. Responde que vengan pa casa, que allí verán al mensajero, tan hermoso él. El cura mira y remira lo corales, certifica que son de los finos y no sabe qué pensar. Eso de una duquesa pidiendo bellotas…
Deciden ver al portador del pliego y madre les acompaño. Al llegar, está cribando cebada para su cabalgadura y yo corto un torrezno, para empedrarlo con güevos. Le saludan cortésmente y miran el buen adorno del que llamaban paje.
Esos dos sienten mucho gusto en meter las narices en todo. El joven Sansón le pide nuevas del amo don Quijote y de su escudero, que no acaban de entender eso del gobierno de Sancho y, menos aún, eso de la ínsula.
El paje asegura que el señor Sancho Panza es gobernador y me entra una alegría por dedentro. De si es de una ínsula, no se entremete en eso, mil vecinos tiene, eso sí puede decir. De lo de las bellotas, dice que su señora, la duquesa, es muy llana y tan humilde. Hemos de saber que las señoras de Aragón son asi, tratan con m´s llaneza que las puntuosas castellanas.
Mi madre se ve ya de señora gobernadora, con verdugado y coche de lo mejol. Que la que tiene marido gobernador, bien puede. Teresa sueña y yo también. Me veo sentada en el mismo coche y la gente dice que ahí va la hija del harto de ajos, como si fuera una papesa. Que rabien los murmuradores, ándeme yo caliente…
Nunca había visto a mi madre tan ilusionada. Ahora dice que todo esto se lo tenía profetizado su buen Sancho, el cual no parará hasta hacerla condesa. Y suelta una sarta de refranes más larga que la de los corales, los mismitos que soltaba mi padre: Que si te dan la vaquilla, corre con la soguilla. Y si te dan un gobierno cógele y, si es un condado, agárrale…Y sigo yo con ese de “viose el perro en bragas de cerro”.
Entonces, el cura saca en consecuencia que los Panzas nacemos con un costal de refranes. El paje asiente, su “señor gobernador” a cada paso los dice, aunque no vengan a cuento. Los duques tienen mucho gusto en oírlos, al parecer.
El bachiller insiste, si afirma ser verdad eso de los duques, el gobierno y demás. Porque para don Quijote piensa que todas cosas son por encantamiento. El Carrasco está por tocar al muchacho por ver si es de carne y hueso.
El mensajero responde, harto , que él es embajador verdadero y Sancho es gobernador efectivo. Que los duques se lo dieron y él lo hace valentísimamente, Y que lo jura por sus padres. ¡Qué gusto me da oír a este buen mozo! Es una pena que no me quiera llevar en las ancas de su rocín, hasta la ínsula ésa. Pero no, que las hijas de los gobernadores han de ir con carrozas, literas y sirvientes. Yo estoy dispuesta a ir en una pollina, pero mi madre dice que ahora toca ir de señora…
Hay cosas que no entiendo porque el bachiller suelta latinajos y el paje contesta con más latinajos.
El de las cartas se impacienta, tiene prisa, démosle de comer y dejémosle marchar. El cura le invita a comer, a su casa. Que vaya con él a “hacer penitencia”, que Teresa tiene voluntad pero no dispone de lo necesario para servir a tal huésped. Y él acepta, por la mejora. ¡Con lo que me hubiera gustado a mí verlo comer mi empedrado de torreznos! Ya estoy viendo al cura, cosiéndole a preguntas.
Como conoce al bachiller desde chico, no quiere que le escriba la carta de respuesta, que lo de la burla le viene de antiguo y de familia. Así que, con un bollo y dos huevos, paga a un monacillo que sabe escribir. Son dos cartas, una para padre y otra para la duquesa. No le quedan nada mal, sería una buena escribana.
Desaparezco.
Un abrazo para Pedro y todos los que pasáis por aquí.
Y Pedro Ojeda dijo en "La acequia":
"Abejita de la Vega, tras comentar la venganza de una mujeres que se ven traicionadas, ve invadido su ordenador por otro de sus grandes secundarios. No os perdáis la voz de Sanchica, que comenta la llegada del paje en primera persona, y continúa. Después, publica el comentario del Sanchico -gracias a Ele Bergón-, que bien cabreado y con razón, que de él se han olvidado y el narrador manipula la verdad de la acción... Después recuerda cómo nació una idea que actualizaba el Quijote al presente, origen de tanto como nos ha hecho disfrutar: os recomiendo que leáis su entrada para comprenderlo."
Leer más: http://laacequia.blogspot.com/#ixzz0oyQTG7V6
Under Creative Commons License: Attribution Non-Commercial No Derivatives
Llego tarde Abejita pero me he leido los dos relatos de una tacada. Ya leo que ahora es Sanchica la protagonista ¡haciéndole la competencia a Sanchico! Ay que ver... Besotes, M.
ResponderEliminarLas "panza" no saben que son pasto de una burla...que pena no? cebarse con los inoce3ntes...eso es lo que lleva haciendo las altas jerarquías con el pueblo desde hace tiempo...y ahora jugando con los dineros...saludos
ResponderEliminarHace bien Teresa en no fiarse del bachiller, aunque igualmente está siendo vítima de burlas. Estos duques no tienen límite.
ResponderEliminarBesos
Hola Coleguis.
ResponderEliminarYa os podeis imaginar el cabreo que tengo. Si, han venido las anunciadas cartas y ha venido el mensajero y... todo para mi madre que no digo nada y todo para mi hermana, que me fastidia un monton. Ademas el que escribe la historia, la pone a Sanchica muy pequeña, catorce años, que no, que es mas mayor si ya trabaja y todo y tiene novio, claro que no se cuanto le va a durar, pues parece que el mensajero de la carta y el regalo se han caido bien.
No me suena nada bien eso de que a mi madre y a Sanchica le traigan regalos de collares y demas y ella, la duqueda pida bellotas, yo creo que se estan quedando con nosotros, pero claro mi madre no se da cuenta y se ve ya de gobernadora de postin y Sanchica ¡no digamos! A ver si va tener razon el Carrasco. Algo no me suena bien y adem´as ¿como puede ser que mi padre se haya olvidado de mi? Ya se que el ojito derecho de mi padre es Sanchica, pero no, no, es imposible que no haya dicho ni traido nada para mi. Aqui esta pasando algo raro.
Me despido con un choque de manos desilusionado y encima con todos los examenes y yo sin tener ganas de estudiar. Me distraen, me distraen con estas cosas.
El Sanchico
P.D. (Abejita, solo falta que tu tambien le des alas a la Sanchica, ya si que se va a poner inaguantable.)
Ay, Sanchica, que vas a tener que espabilar rápido... O no, así serás más feliz.
ResponderEliminarTeresa panza no se fía, pero en el fondo se hace ilusiones.
ResponderEliminar¡Pobrecillas!
Besos, Mª Ángeles y compañía
Teresa asciende en el escalafón de personajes de la novela. Junto con Sanchica son las protagonistas de la historia. Se imagina que su ascenso es también social. Nada le gustaría más que mirar a la aristocracia local por encima del hombro. Lo raro es que Sanchico no aparezca,estaría en el isti.
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMerche: leerlos de una tacada tiene mérito, gracias Merche.
ResponderEliminarManuel: se ceban en los Panza estos altaneros y burlones duques.
Teresa: se fía más del monacillo, dos huevos, un bollo y a callar.
Sanchico: comprendo tu cabreo, tu padre habla poco de ti. Pero seguro que te quiere mucho.
Pedro: tendrá que espabilar, pobre.
Kety: un poquillo de ilusión viene bien, lo malo es el chasco que vendrá después.
Pancho: esas hidalgas pueblerinas, lo que gozaría Teresa...Pero la sociedad era estamental, no de clases. Nacieron demasiado pronto.
Un abrazo, amigos y gracias por visitarme.
Asun: Teresa se fía más del monacillo, dos huevos, un bollo y a callar.
ResponderEliminarUn abrazo.