jueves, 11 de marzo de 2010
De semínimas, parches pegajosos y caballos de madera (2)
Clavileño en plena faena, con una burlona espectadora. El autor o autora es un alumno anónimo del CEIP Taxonera, en Barcelona. Figura en la página web del colegio (Pàgina de l'escola Taxonera) y está en catalán ( Els llibres). Los niños han ilustrado todo el Quijote, es encantador. Felicito a este centro catalán y quijotesco. Y sobre todo a los dibujantes. Pinchad en el enlace.
Segunda parte del comentario al capítulo 2, 40 del Quijote, publicado en "La acequia"
Comienzo hablando de distancias. De aquí a Candaya, hay cinco mil leguas, por tierra, más o menos. Por aire se quedan en tres mil doscientas veintisiete, en línea recta. Malambruno me anunció que, una vez localizado don Quijote, él enviaría un caballo mejor que los de alquiler. Nada menos que un caballo de madera, compuesto por Merlín, sabio y carpintero; el cual se lo prestó a Pierres, para viajar hasta aquel lejano lugar, donde pudo robar a la linda Magalona. La levantó por los aires, la puso en las ancas y dejó a todos con la boca abierta. Me gustó aquella historia…
El barbudo Merlín lo presta a quien él quiere o, mucho mejor, al que suelta buenos maravedíes. Malambruno ni pide, ni paga…Lo roba y le sirve para sus viajes. El leñoso equino es veloz como el viento, en un día te lleva de Francia a Potosí, sin gastar un ochavo. Ni pienso, ni caballeriza, ni herrero. Y no vuela sino que camina llano y reposado, pisando las nubes. El viajero puede llevar una taza de agua, sin derramar una gota. Cómo se regocijaba la linda Magalona, sin bajarse del caballo…
Sancho compara a su rucio con el prodigio volador y todos se ríen. La risa de la duquesa contagia a todo su séquito.
Prosigo y anuncio que Malambruno se presentará media hora después de ponerse el sol. El gigante me anunció que, una vez hallado el caballero, la señal consistiría en enviarme presto al caballo.
Don Quijote quiere saber cuántas personas pueden ir en el mágico jumento y yo le aclaro que dos. Caballero y escudero o, algo más habitual, caballero con robada doncella.
Sancho se interesa por el nombre. Rompería su estilo habitual si nos contestara cómo se llama. Ha de especificarnos cómo no se llama, dirá vuestra merced que hasta el día del Juicio. No es para tanto, son nueve en total, desde Pegaso a Orelia. Y nueve sus amos: desde Belarofonte al rey godo de las culebras.
El escudero, socarrón, añade que en esa lista ilustre no está el que “excede a todos “los equinos citados. Falta el gran Rocinante, tampoco se llamará Rocinante…
Y, por fin, respondo, responde que tiene un nombre que le cuadra mucho: Clavileño el Alígero. Leño de leña, clavi de clavija, la que tiene en la frente. Y ligero. Todo cuadra.
Sancho desea saber cómo se maneja tan singular montura. Le explico que se gobierna con una clavija, moviéndola a uno y otro lado, por el mar o por la tierra.
(Continúa)
Interesante lo de semínimas... Besotes, M.
ResponderEliminarfaltan las cremas depilatorias...del mercadona... Rocinante como babieca no parecen por no volar..yo también les añoraba...besos
ResponderEliminarLastima que en aquella epoca no existieran las maquinas de afeitar, Braun, como la que yo uso todas las mañanas. JAJAJ
ResponderEliminarBuen post.
Abrazos.
A Sancho le interesan estos caballos de bajo consumo: ni comen, ni ocupan ni gastan zapatos. Con todo y con eso no está muy seguro de quererlo cambiar por su rucio, a lentitud y serenidad al andar no hay quien le gane. Además, ahora lo tienen a pensión completa en las nobles caballerizas del castillo, a gastos pagos.
ResponderEliminarA más de uno veo yo pisando nubes la mayoría de los días.
Vamos pa'bajo a seguir con la historia.
Desde luego un caballo de bajo consumo y además totalmente ecológico, no contamina nada. Y la clavija...toda una precursora de la palanca de cambios jejeje
ResponderEliminarSeguimos....
Qué ilustración más hermosa. Deberías decirnos de quién es.
ResponderEliminarLo que no me explico es cómo Sancho, con lo precavido que es, siempre acaba liado.
A mí también me gusta mucho la ilustración y tu manera de contar.
ResponderEliminarAbrazos
Merche: nunca había oído yo esa palabra, semínima. Entiendo poco de solfeo pero a la negra siempre la he llamado negra. Cervantes sabía de todo, qué tío.
ResponderEliminarManuel: los parches también los hay de mercadona, pero son muy malos, je, je.
Cornelivs: una máquina de esas y no hacía falta batallar con Malambruno. Ja, ja.
Pancho: Sancho dice que su rucio competiría con todos esos caballos y la duquesa está que revienta.
Alatriste: la clavija precursora de la caja de cambios, Cervantes, un Julio Verne del XVI.
Pedro: la ilustración es de un colegio de Barcelona, pongo su nombre y enlace debajo de la ilustración. Es una página muy bien hecha y en la sección "ells libres" han dibujado todo el Quijote. Es encantador y rompe ciertos estereotipos acerca de las escuelas catalanas.
Cosmo: la imaginación que puede tener un niño ¿verdad? Además, se ríe, je, je.
Gracias, amigos por vuestras palabras.