domingo, 27 de diciembre de 2009
"...la amenidad de sus riberas, la claridad de sus aguas, el sosiego de su curso y la abundancia de sus líquidos cristales"(2)
Vieja aceña en el río Ruyales (Burgos)
Segunda parte del comentario al capítulo 29,2 del Quijote. Publicado en "La acequia".
"De la famosa aventura del barco encantado"
Desde los amorosos pensamientos que el Ebro inspira a don Quijote hasta los piojos que se esfuman, al llegar al ecuador. Así de brusco es el contraste, barroco contraste.
Con lo de los hematófagos estaban, cuando descubren unas grandes aceñas, en mitad del río. No sé qué tienen los molinos harineros para don Quijote, eólicos o hidráulicos… Lo cierto es que tienen la virtud de activar sus fantasías caballerescas.
Las aceñas no son aceñas, sino” ciudad, castillo o fortaleza “.Caballero oprimido o dama real malparada, sea quien sea, espera el socorro de su valeroso brazo.
Qué sabrá este majadero. Aceña dice, aceña `para moler trigo. Si sabrá nuestro caballero de las malas artes que se gastan estos encantadores. Follones, malandrines, vestiglos…que no metamorfosean la realidad sino tan sólo su apariencia. ¡Ay, su Dulcinea, refugio de sus esperanzas, trocada en rústica brincadora!
Los molineros ven al barco caminar hacia las ruedas de su aceña. Fantasmalmente blancos, rostros y vestidos enharinados, salen con varas largas para detenerlos. Vocean a esos dos del barco, tal vez sean unos desesperados que buscan ser despedazados por las ruedas. Extraños suicidas.
Don Quijote, desafiante, se pone de pie en el barco y les exige que dejen en libertad al oprimido. No sabe de qué “oprimido” u “oprimida” se trata, pero es igual. A su persona está reservada dar final feliz a esta aventura,” por orden de los altos cielos”. Y este escudero que no se lo cree, ahora verá.
Echa mano a su espada y la esgrime contra los molineros. El barco ya está entrando en el canal de las ruedas. Sancho pide devotamente al cielo que le libre del peligro que se le echa encima. El cielo le salva “por la industria y presteza de los molineros”. A Dios rogando…
Pero el barco vuelca y tienen que sacarles del agua los molineros. Don Quijote nada “como un ganso”, mas los gansos no llevan pesadas armas.
Ya están en tierra, han tragado mucha agua y están empapados. Sancho, devotísimo, sigue rezando, pidiendo fervorosamente a Dios que le libre de las ocurrencias de su señor. Le desnudan…
Llegan los pescadores, les han hecho pedazos las ruedas de las aceñas y piden que don Quijote pague el destrozo. Sosegadamente, dice que pagará, pero tienen que dejar libre al oprimido u oprimidos del castillo.
¿Castillo? ¡Oprimidos? ¿Qué dice este hombre? Aquí sólo tienen a los que vienen a moler su trigo.
Sorprendentemente, don Quijote se da por vencido. Han debido encontrarse dos encantadores que se estorban mutuamente. Uno le da el barco y otro lo arroja al agua. Y ante estas trazas contrarias, se rinde, no puede más. Y que le perdonen los que quedan encerrados, para otro caballero debe de estar reservada esta aventura.
El de la Triste Figura llega a un acuerdo con los pescadores y desembolsa cincuenta reales por el barco, que Sancho paga muy a su pesar.
Pescadores y molineros admirados, no entienden nada de la palabrería quijotesca. A estos locos, mejor dejarlos en paz y, además, han pagado. Cada mochuelo a su olivo
.
Don Quijote y Sancho vuelven a sus bestias y a ser bestias. ¿Por qué esto último? No sé. Eso dice...
Lo que si sabemos es que nuestro héroe ha arrojado la toalla.
Un abrazo a todos
Pedro Ojeda Escudero dijo en este blog:
"¿Arrojará la toalla definitivamente? ¿O aún hay esperanza para la aventura?
Me gusta la foto de la aceña."
Esta lectura del Quijote es más que una lectura. Como diría Sanchico, es una superlectura con un superprofe. Aprovecho para desearte un Feliz Año 2010, año en que acabaremos esta tarea. ¿No? Me dará penita...Los mismos deseos para todos los que pasáis por aquí.
María Ángeles Merino, Abejita de la Vega o...Sor Austringiliana.
Este recurso del contraste le da mucho juego al autor; aparte de la diversidad temática, puede recorrer diferentes niveles de lengua, algo que agradecemos los lectores.
ResponderEliminarSi DQ entra en las ruedas moledoras del molino, seguro que las atranca, con tanta chapa. Sancho ya es otra cosa
También yo me pregunté por qué los llamaba bestias. Es trabajo que deja al lector para que pensemos. Cosas que deja sin resolver, ambigüedad cervantina, también es literatura. Está claro que sigue cumpliendo su objetivo.
Un abrazo
Para Don Quijote los molinos son su fijación "erótica" disfruta con ellos de una manera u otra, a sabiendas de que se va a "estrellar"... pero ya no es como antes ahora reflexiona sobre la imposibilidad de sus fantasias y recapacita sobre lo real y lo virtual... un abrazo
ResponderEliminar¿Arrojará la toalla definitivamente? ¿O aún hay esperanza para la aventura?
ResponderEliminarMe gusta la foto de la aceña.
¡Buf! qué llego tarde, pero es que estos días de vacas, pues como que no apetece mucho esto de escribir, pero es que me traéis malas noticias de mi padre Sancho. ¡Qué empeño tiene en seguir con El Alonso si por su culpa sólo recibe golpes y más golpes y disguto tras disgusto. Estoy furioso.
ResponderEliminar¿Qué hacen con una barca por el Ebro? Y ¿En qué parte del Ebro están? ¿Dónde nace? ¿ O han llegado por fin a Zaragoza? o por el contrario, ¿se han desviado y han llegado al mar? Vete tú a saber porque con estos dos cualquier cosa se puede esperar de ellos y luego dicen que nosotros los adolescentes somo un desastre, pues anda que algunos que tienen ya muchiiiisimos años parecen crios de dos años.
¡Como presume el Alonso de tanto meridiano, paralelo, equinocios, solsticios y demás. Ya lo he estudiado yo en Sociales un montón de veces y creo que esta vez lo he aprobado. Claro que la profe es más maja....
Feliz Año Nuevo a todos, troncos
Choque de manos
El Sanchico