viernes, 12 de junio de 2009
"Una estéril y desierta playa del mar, las más veces proceloso y alterado"
"Ya no hay ninguno que ...pise una estéril y desierta playa del mar, las más veces proceloso y alterado, y hallando en ella y en su orilla un pequeño batel sin remos, vela, mástil ni jarcia alguna , con intrépido corazón se arroje en él, entregándose a las implacables olas del mar profundo..."`
Comentario al capítulo I del Quijote, segunda parte.Publicado en http://laacequia.blogspot.com/
"De lo que el cura y el barbero pasaron con don Quijote cerca de su enfermedad "
Un mes, ha pasado un mes, que no diez años y, de la mano del cronista Cide Hamete Benengeli, vamos a reencontrarnos con nuestro hidalgo. ¡Qué visión! Nos recibe en la cama, seco y amojamado …Una momia ¡con ropa interior de lana verde y gorro de dormir colorado!
El cura y el barbero nos llevan hasta ese reencuentro, vamos a ver qué tal está. Hay que comprobar esa mejoría, ante la que se muestran tan escépticos. El ama y la sobrina no han dejado de informar y han cuidado al enfermo con una alimentación “confortativa, una dieta apropiada para el corazón y el “celebro”, hay que contrarrestar el exceso de humores, creo. Ahora, las dos mujeres aseguran que su señor da muestras de estar en su sano juicio.
Por si acaso, ni tocar la andante caballería, las suturas puede descoserse. Preguntas y respuestas corteses acerca de su salud, la conversación se desvía y platican sobre “modos de gobierno”, o sea, política. A la república la dejan como nueva y Don Quijote habla con tanta discreción que los examinadores dan por cierta su cordura. Pero el cura quiere someter a don Quijote a la prueba del fuego y conduce la conversación hacia el inminente ataque del Turco.
Y, ahí, don Quijote se despeña con toda su locura caballeresca, manifestando que él sí tiene un buen consejo para el rey y no se trata de un impertinente arbitrio de los que Su Majestad recibe constantemente. ¿Qué se ha creído el señor rapador? He aquí la solución: tras un pregón real, que se junten todos los caballeros andantes, que ellos sí podrán con el Turco, puesto que si uno sólo puede con doscientos mil hombres…Y nuestro hidalgo empieza el despliegue de su erudición caballeresca, despiertan los Amadís y los Belianís, luego saldrán muchos más.
La sobrina se desespera y el barbero narra el cuento de un hombre, encerrado por sus parientes en la casa de los locos de Sevilla, que consigue convencer de su cordura a la autoridad que lo decide, eclesiástica, por supuesto. Cuando se despide de sus compañeros asilados y está a punto de abandonar aquella terrible casa de locos, se despeña de la misma manera que don Quijote y vuelve a ser internado.
Todo es cuestión de dar con el punto de su locura .Si al viejo hidalgo le basta con que le nombren asuntos bélicos, al de Sevilla es la Mitología la que descubre su ausencia de cordura. Si uno de sus compañeros asilados declara ser Júpiter todopoderoso con su rayo, él afirma ser Neptuno que lo inundará todo y ¡hala!…otra vez para adentro.
Don Quijote se muestra irritado con el barbero por la odiosa comparación. Ni Neptuno, ni loco disimulado, él sólo quiere abrir los ojos al mundo, para que vean la necesidad de restaurar la andante y altruista caballería. Ya no hay caballeros de aquellos, a los de ahora les crujen las sedas, no las mallas, unos señoritingos inútiles.
El entusiasmo de don Quijote va creciendo como la espuma al pintarnos la vida de esos héroes que dormían al raso, arrimados a sus lanzas, sin sacar los pies de los estribos…y descubrimos que Cervantes, ay don Miguel le hemos pillado, es como Dorotea o como el canónigo. Ha pasado muchas horas con esas novelas, las ha vivido intensamente, ha devorado glotonamente esas ficciones, a pesar de criticarlas tanto. La pintura se sale del cuadro:
“Ya no hay ninguno que saliendo deste bosque entre en aquella montaña , y de allí pise una estéril y desierta playa del mar... las más veces proceloso..."
Y ahora el gran desfile:¿Quién más valiente? ¿Quién más galán?...Amadís, Palmerín, Tirante, Lisuarte, Belianís, Perión, Felixmarte, Esplandián, Cirongilio, Rodamonte, Reinaldos o Rugero. Lo que ahorraría su Majestad y lo que rabiaría el Turco.
Y no me tome el pelo, señor bacía, que le entiendo perfectamente, mi locura sólo afecta a lo que toca a la orden de caballería. Soy un loco parcial…
Por último, el cura quiere aclarar lo de la existencia o inexistencia real de todos esos caballeros. ¡Gran error! Don Quijote no admite que sean “ficción, fábula, mentira y sueños”. Con sus propios ojos vio a Amadís y puede describirlo, lo mismo que a los otros caballeros. ¡No está curado! ¡Sigue igual que antes de subirlo al carro!
El cura y el barbero siguen la conversación caballeresca, aunque ya no tienen dudas. Entran en el terreno de la burla, “gustando de oír tantos disparates”, algo de lo que seremos espectadores, en esta segunda parte mucho más que en la primera. Morgante medía siete codos y medio de altura, Reinaldos tenía los ojos bailadores, Roldán era barbitaheño y Angélica era una doncella algo antojadiza… Ja, ja, nos da pelos y señales de todos esos personajes de ficción.
El ama y la sobrina dan voces en el patio ¿qué pasa? Acudamos…
Un abrazo de María Ángeles Merino Moya
Pedro Ojeda Escudero. dijo...
Buen inicio del comentario... más ahora, con el calor que hace por aquí.
Y mejor continuación...
Gracias, Pedro, a por el segundo.
Buen inicio del comentario... más ahora, con el calor que hace por aquí.
ResponderEliminarFeliz fin de semana...! Un cordial saludo.
ResponderEliminarla playa..hummmmmmm...mañana si no acierta el tio del tiempo...me voy a ella...la entrada quijotesca es al que añoro..besos compañera
ResponderEliminarQue suerte Manuel, ya me gustaría a mi, con lo que me gusta el mar, bañarte en sus aguas te da mucha energia, por lo menos a mi, nada date un bañito por mi, jajajaja!, besos a tod@s, nos vemos Marian.
ResponderEliminar¿Qué suerte tiene el de Sanlúcar?
ResponderEliminar¿Verdad, amigos?
Me han gustado esas fotos refrescantes. Yo acabo de pasar dos dias en Formentera y he disfrutado de sus aguas cristalinas (¡sin medusas!) y transparentes. Un paraiso, mi querida Formentera. Excelente tu comentario sobre este capítulo del Quijote. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarEs que el cura tiene mucha guasa, como dicen por el sur. Sabe hacer perfectamente su trabajo de "examinador de locuras". Ellos sabían que no debían mentar la soga en casa del ahorcado; sin embargo, no hicieron mucho caso al dicho.
ResponderEliminar¡Qué culpa tendría Neptuno para que dejaran encerrado al loco!
Completo y excelente comentario para comenzar la segunda parte.
Otra dándonos envidia a los de secano interior, aquí aguantando el calor a palo seco. Encima en Formentera.
Y mejor continuación...
ResponderEliminarSi, parece que El Alonso lleva un mes sin salir de casa y anda un poco pachucho. Dice mi padre que le han prohibido conducir la furgoneta, así que ahora andamos en casa con menos dinerillo. A mi hermana Teresica le hen mandado al paro y mi madre Teresa, Juana, María, que así se llama, ha tenido que ponerse a trabajar por las tardes limpiando unas escaleras y ha dejado de ir a la Escuela de Adultos. Viene a casa muy cansada por eso, cuando llego del insti tengo que hacer recados. Parece ser que estamos todos en crisis.
ResponderEliminarEl otro día mi padre me dijo que no aguantaba más y que se iba a ver a su amigo y vecino Alonso, porque no sabe lo que le pasa y además no le dejan que pase a verle. Está triste, muy triste y quiere saber qué está pasando y por qué no pueden seguir con los portes y la chatarra. Porque aunque poco, algún dinerillo sacaban.
Yo tengo ya muchas ganas de que se acabe este curso. Voy a tener que repetir pero en Lengua seguro que saco buena nota o por lo menos un aprobadillo. De amores, ná de ná. Puede que este verano con la pisci, las fiestas, el poli, en fin creo que lo pasaré bien.
El otro día hice una foto en Burgos para mandársela al superprofesor Pedro, pero ahora no la puedo sacar de la máquina y pasarla al ordenador. A ver si lo consigo.
Choque de manos a tods troncos y troncas que pasáis por aquí.
El Sanchico
Merche: a los meseteños se nos ponen los dientes largos cuando habláis de playas. Esa de Formentera tiene que estar bien.
ResponderEliminarPancho:ya lo creo que tiene guasa el cura que mentó la soga y una cordelería entera.Gracias,compañero.
Pedro: coloco tus comentarios en la entrada, como hago siempre.
Sanchico:entrada al canto.
Besos a todos