HOMENAJE A MI BISABUELO, ROMÁN GUTIÉRREZ, BARBERO-CIRUJANO COMO LOS DEL QUIJOTE.
A principios del siglo XX había barberos-cirujanos en Burgos. Lo acabo de descubrir, en un libro que escribió mi padre, Agustín Merino, en 1998: “20.000 días en Burgos”. Se trata de una visión , muy “sui generis” de la “Cabeza de Castilla”, tal y como él la vivió. Por cierto que, en el libro “Capital de la Cruzada “de Luis Castro, se cita algún fragmento y se le califica de cronista.
En un capítulo titulado “Riocerezo-La familia”, cita a su abuelo Román, barbero como Maese Nicolás y como el de la bacía.
.
“Mis abuelos, Román y Francisca eran de este pueblo, pero vendieron sus tierras a los hermanos e instalaron en Burgos, a finales del siglo pasado, negocio de barbería en el número 1 de la plazuela de la Flora.
Por aquel local pasaron todos los próceres de Burgos: Sevilla, Dancausa, Lavín, Zumárraga, García Lozano y demás. Se hacían sajaduras, se aplicaban sanguijuelas, extirpaban ántrax y hacían de podólogo.
El abuelo murió pronto, víctima de aquellas endemias que casi no sabían diagnosticar y fue de los primeros que dieron tierra en la “Obispa”."
Mi padre ya no está pero, estoy segura, le hubiera gustado leer esto en el ordenador .No era escritor ni tenía estudios reconocidos, pero disfrutó muchísimo recopilando material para su libro.
María Ángeles Merino Moya
A principios del siglo XX había barberos-cirujanos en Burgos. Lo acabo de descubrir, en un libro que escribió mi padre, Agustín Merino, en 1998: “20.000 días en Burgos”. Se trata de una visión , muy “sui generis” de la “Cabeza de Castilla”, tal y como él la vivió. Por cierto que, en el libro “Capital de la Cruzada “de Luis Castro, se cita algún fragmento y se le califica de cronista.
En un capítulo titulado “Riocerezo-La familia”, cita a su abuelo Román, barbero como Maese Nicolás y como el de la bacía.
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“Mis abuelos, Román y Francisca eran de este pueblo, pero vendieron sus tierras a los hermanos e instalaron en Burgos, a finales del siglo pasado, negocio de barbería en el número 1 de la plazuela de la Flora.
Por aquel local pasaron todos los próceres de Burgos: Sevilla, Dancausa, Lavín, Zumárraga, García Lozano y demás. Se hacían sajaduras, se aplicaban sanguijuelas, extirpaban ántrax y hacían de podólogo.
El abuelo murió pronto, víctima de aquellas endemias que casi no sabían diagnosticar y fue de los primeros que dieron tierra en la “Obispa”."
Mi padre ya no está pero, estoy segura, le hubiera gustado leer esto en el ordenador .No era escritor ni tenía estudios reconocidos, pero disfrutó muchísimo recopilando material para su libro.
María Ángeles Merino Moya
Conozco el libro de tu padre Veinticuatro mil días en Burgos. Lo he leído y creo que es interesante para conocer la historia de Burgos en el siglo pasado.
ResponderEliminar(Le he dejado un comentario a Pedro de la Acequia sobre esta entrada. Se le ha olvidado mencionar en noticias del Quijote, no sé si no le parecerá interesante o ha sido un despiste. En fin que él decida)
Besos.
Buenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarSeguro que el profesor Ojeda tomó nota.
Cuántas noticias se quedarían entre las paredes de esa barbería del nº 1, de la plazuela de La Flora.
Abrazos.