"Viendo, pues, mi padre que, según él decía, no podía irse a la mano contra su condición, quiso privarse del intrumento y causa que le hacía gastador y dadivoso, que fue privarse de la hacienda sin la cual el mismo Alejandro pareciera estrecho. Y así llamándonos un día todos tres a solas en un aposento, nos dijo unas razones semejantes a las que ahora diré: " Hijos, para deciros que quiero bien basta saber y decir que sois mis hijos; y para entender que os quiero mal basta saber que no me voy a la mano en lo que toca a conservar vuestra hacienda. Pues, para que entendáis de aquí en adelante que os quiero como padre, y que no os quiero como padrastro, quiero hacer una cosa con vosotros que ha días que la tengo pensada y con madura consideración dispuesta. Vosotros estáis ya en edad de tomar estado, o al menos, de elegir ejercicio, tal, que cuando mayores, os honre y aproveche"
Como ves, Luz ,no sé como juntarlo todo en la misma entrada,sin borrar los comentarios.Así que escribo una entrada para cada fragmento y le busco una imagen adecuada.
ResponderEliminarMuchos cuentos infantiles comienzan de esta manera. El padre ,ante una dificultad económica,reúne a sus hijos que suelen ser tres y todos varones, por supuesto...
¿Recuerdas tú algún cuento así?
¿Alguien recuerda alguno?
Por supuesto este empiece es una estructura tradicional del cuento y el número tres es de lo más socorrido. Acuerdate de los tres cerditos, aunque a mi me ha recordado al Rey Lear de Shakespeare, aunque en este caso eran tres la hijas en las que divide su hacienda este rey.
ResponderEliminarSeguimos con esta novela a ver si soy capaz de leerla bien.