En un programa de radio, preguntan sobre cómo pasamos el fin de año e incluyen el libro con que nos pillan las campanadas. Me parece un dato interesante para apuntar y volver a él dentro de 365 días. Vamos allá, veremos el 31 de diciembre de 2024.
Hacía mucho que no leía una novela que acabara bien, pero el domingo disfrutaba de las últimas páginas de Tormento de Benito Pérez Galdós:
"Cuenta doña Nicanora que al abrir la puerta de la sala les vio sentaditos el uno junto al otro, las caras bastante aproximadas, ella susurrando, él oyendo con sus cinco sentidos, como los curas que están en el confesionario...
Cuando aquel misterioso coloquio hubo terminado, Amparo tenía la cara radiante, los ojos despidiendo luz, las mejillas encendidas, y en su mirar y en todo su ser un no sé qué de triunfal e inspirado que la embellecía extraordinariamente.
-Nunca la había visto tan guapa- decía la discretísima vecina.
...
Un tren que parte es la cosa del mundo que más semejanza tiene con un libro que se acaba. Cuando los trenes vuelvan, abríos, páginas nuevas."
Comienza el año y se abren páginas nuevas. No pido que siempre acaben bien, las lecturas son reflejo de la vida, pero, de vez en cuando, se agradecen finales así. Tormento (1884) recrea el Madrid de 1868, con una burguesía dominada por la apariencia, y da la vuelta galdosiana al folletin romantico:
Tras la confesión mutua, Amparo y Agustín Caballero parten radiantes en tren hacia Burdeos y la novela finaliza con las palabras indignadas de la odiosa Rosalía de Bringas:
"...Volverán. ¡Aquí os quiero tener! Sanguijuela de aquel bendito, nos veremos las caras."
FIN DE TORMENTO
Ya ve, Sor Austringiliana, si queremos saber más de esa señora tenemos La de Bringas.
María Ángeles Merino
Tormento de Benito Perez Galdós. La Galera. SAU Editorial. 2010. Introducción, notas y propuesta didáctica de Marcis Maurel.