sábado, 21 de julio de 2018

Balance del curso 2017-2018, en el Club de Lectura de La acequia.




Comienzo esta entrada a 18 de julio, Jesús qué fecha. Recordáis que el 7 de julio, sí, San Fermín, celebramos la fiesta de fin de curso del Club de lectura, nada menos que en el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y, tras la visita al histórico edificio, la reunión lectora en torno a El pisito de Rafael Azcona y la comida en un céntrico restaurante, la tormenta y el aguacero pusieron punto y final. El repiqueteo de la lluvia acompañó las despedidas a los compañeros lectores que seguro, seguro, que algún libro se traen ya entre manos. ¿O no?


Repiqueteo de la lluvia como fin de fiesta. 

Sí, seguro que todos , más o menos, seguimos leyendo en verano. ¿Qué os parece éste?



Ahora es tiempo de balance. Recordaréis que de octubre a junio leímos: una selección de Novelas amorosas y ejemplares de María Zayas, La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez, Don Juan Tenorio de José Zorrilla, La noche que no paró de llover de Laura Castañón, Pedro Páramo de Juan Rulfo, El hombre pez de José Antonio Abella, Juana la loca. La cautiva de Tordesillas de Manuel Fernández Álvarez, Akúside de Ángel Vallecillo, Los refugios de la memoria de José Luis Cancho y El pisito de Rafael Azcona. 

¿Qué nos han aportado las obras leídas en este 2017-2018? Cada uno tendrá sus repuestas y nada mejor que el contraste de opiniones  para abrirnos los ojos a otras perspectivas. 

Bueno, ahí va mi reflexión, en línea con el comentario que acabo de publicar en La acequia, en la entrada  titulada Balance de un año en el club de lectura. 

Llevo en el Club de lectura virtual desde el otoño de 2008 y en el presencial desde el de 2013 y sólo un libro, en todos esos años, me resultó totalmente imposible. Incluso ése, todos han tenido su sitio en este blog, en su momento. 



Este curso, también disfruté mucho con la mayoría de los libros. 

Con el grito de libertad femenina en María de Zayas, inaudito en su tiempo. Quiso abrir los ojos a otras mujeres más jóvenes, aunque supiera que muchas se aventurarían perdiendo. ¡Rápido, esconded la novelita en el costurero!


Novelas amorosas y ejemplares de María Zayas

Con Don Juan Tenorio enamorado de la pureza absoluta de doña Inés, capaz incluso de la virtud. 



Con las batallas interiores de amor y culpa en la novela de Laura Castañón.


La noche que no paró de llover de Laura Castañón.

Con quien fue El hombre pez porque la tierra le negaba todo. Es difícil ser diferente. 


Con Juana de Castilla, loca y cautiva porque así convino a padre, esposo e hijo. Reina de papel, víctima de la política, cosa de hombres. 


Con José Luis Cancho y su refugio de la memoria de escritor para no ser más “el chico que cayó por la ventana”. Y la mía también buscó refugios. 




Con Rodolfo y Petrita buscando El pisito y una salida desesperada a la vida que los tenía atrapados. 

El pisito de Rafael Azcona

¡Una gozada todos esos! 

Incluso en Comala, con el rencor vivo de Pedro Páramo, aunque estemos bajo tierra y tardemos en darnos cuenta. Una vez que entramos, ya no salimos, seguro que vuelvo a leer Pedro Páramo de Juan Rulfo.


Seguro que vuelvo a leer Pedro Páramo de Juan Rulfo

¿Y los viajes? En Valladolid, el personaje Zorrilla saldría a nuestro encuentro, tan interesante o más que su don Juan. 


Homenaje a Zorrilla ante su tumba

Y, en Tordesillas, doña Juana nos contaría "in situ" su encierro. 


Tordesillas siempre con Juana de Castilla

Ya sé lo que me dejo. De La sirena de Gibraltar me gustó el personaje del hijo cantando las cuarenta al padre, la gente buena no mata, papá. No soy de novela negra y no me gustó el protagonista, lo veía inverosímil. 

La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez

De Javier Vallecillo, le reconocí más valor que Gerineldo para publicar un libro abstruso, él mismo lo definió así en mi blog, donde tiene su casa. Leí la mitad de la novela, está muy bien señalado el fondo común de todos los nacionalismos criminales y excluyentes pero...no pude con ese Akúside de estética de cómic. 


Akúside de Javier Vallecillo

Un balance muy positivo. El curso que viene seguiremos disfrutando de lecturas, comentarios y algún viajecillo...terrestre no más.


Muchos besos y muchas gracias, Pedro.

María Ángeles Merino

2 comentarios:

La seña Carmen dijo...

Yo espero que podamos comentar la obra de Luisa Carnés. Ya hay quien ha comentado que entre los años 30 y estos años, hay más de una coincidencia en la sociedad en general y en el sector de la hostelería, en particular. Nos pasará como con El pisito, que con salir a la calle encontramos la actualización.

¿A qué clásico clásico leeremos el curso que viene?

Abejita de la Vega dijo...

La comentaremos, Carmen. Una buena novela de una autora que permaneció en la sombra tantos años. Y, como tú dices, hay coincidencias, desgraciadamente. Hay muchos "tea rooms" todavía en el mundo laboral de 2018. Presté el libro a una amiga que enseguida identificó parecidas miserias en la cafetería de al lado de su casa.

Los clásicos clásicos que no falten.

Besos