viernes, 16 de enero de 2015

Crónica del encuentro de unos lectores con José Antonio Abella (2) "Así sucede con todas las cosas hermosas: se van volando como un sueño dejando en nosotros un ardiente Schnsucht".

Comentario a la novela "La sonrisa robada" de José Antonio Abella. Para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.

Viene de la entrada anterior.

Seguimos con el diálogo que mantuvimos con José Antonio Abella, el día 13 de enero de 2015, en el Museo del Libro de Burgos.

Porque Edelgard enamora. Es una mujer que vive fuera de su tiempo, muy culta e inteligente, más que José, a quien lee el pensamiento.


Ella le pide que no vaya  a verla, que está recién operada; pero José ha de ir cuando pueda. Salir de España era difícil para un joven, con el servicio militar recién acabado, necesitaba un permiso del ejército. Edelgard está recién operada, José es torpe, “como todos los hombres”, precisa con simpatía el autor, y llega  a conocerla cuando su enamorada está peor.
¿Y la rama? Alguien pregunta por la rama que J.A.A. toma de aquel árbol que crece en el lugar donde fueron depositadas las cenizas de Edelgard. La tiene en su casa, contesta. A la historia le falta un párrafo, el que se escribirá el día que fallezca José. Un puñado de sus cenizas iría al cementerio donde está enterrada Edelgard.


Alguien comenta que las dos hermanas ven en la televisión los horrores nazis y preguntan a su padre que, al final, apaga el televisor. Abella está seguro: el padre no contaría jamás las atrocidades nazis. Sin embargo, José no daba importancia a saber del pasado nazi de Óscar Lambrecht. Se producía una discusión entre los dos amigos: “a ti qué te importa, cómo no me va a importar”. 

¿Le crea problemas de conciencia el meterse en vidas privadas? Sí, se los creó. Soñó que el padre de Edelgard le tocaba, lo sintió así, tal cual. La hija, piensa, sí estaría contenta, "sale muy guapa".


Arquitectura de la novela, investigación, historia...pero también belleza del lenguaje. Porque J.A.A. quiso disfrutar de la belleza del lenguaje, algo de lo cual la gente suele pasar. Que no es lo mismo escribir que hacer buena literatura. La historia es importante; pero no es todo. Puede ocurrir aquello de "qué tema tan bonito, pero qué mal pintado está".

¿Poeta? Confiesa ser un poeta malo, aunque alguno ha escrito, le ruboriza...

Pedro Ojeda no está de acuerdo, se nota la calidad poética, la mirada poética de las cosas, el mundo lírico en alguien que escribe con tanto cuidado. La novela guarda pequeños momentos de calidad lírica: los estorninos blancos, los mapas superpuestos, la rama del árbol del cementerio...El argumento principal estaba escrito, el andamiaje, la calidad de la lengua es un acierto.

Hay algunos autores, nos dice J.A.A. que pecan de brillantez y la brillantez deslumbra. Una novela toda llena de brillo deslumbra, no deja ver. Nos puede gustar la pintura, pero a los dos botes empalaga.

Preguntan cuánto tiempo ha tardado. Tardó cuatro años. Se puede escribir con brújula o con mapa. Él escribió sin mapa, la novela se iba gestando. La comenzó a escribir cuando estuvo en Flensburg y desde allí... Pedro Ojeda señala que las mejores novelas se escriben con brújula, aunque tengan mapa. Como en el caso del Quijote, ni el mismo autor sabe donde va a ir.

Abella escribió "La sonrisa robada" sin mapa pero con brújula.

Este autor se pregunta al final: ¿Algo falta? Porque las historias acaban, tienen que acabar. Nos pone como ejemplo  a Ilse, la sobrina y segunda mujer de Óscar Lambrecht. Es una historia que se podría desarrollar, pero no hay vida para tanto, no hay libro para tanto.


Un tema que, aparentemente, podría dar más de sí es el del Óscar Lambrecht. ¿Qué pasa con él??

 J.A.A. está seguro: los que saben más que él mismo del padre de Edelgard han muerto. Como tantos alemanes, Óscar tuvo que cumplimentar un cuestionario de desnazificación; a lo que antes contestaba sí, ahora ha de contestar no. Sus datos debían figurar en su  archivo correspondiente, archivo que el autor encontró vacío. Está claro quien lo rompió, sobre todo si tenemos en cuenta que tuvo con posterioridad una vida política. Tuvo, además, la suerte de que los archivos no eran accesibles en Alemania.

Nos preguntamos cómo pudo haber quedado libre este hombre cuando tantos acabaron en campos de concentración. Abella, dice, podría haber escrito con este tema un libro de ficción, una novela de espías, una novela negra...Otra posibilidad sería una novela de ficción localizada en Flensburg, la última ciudad alemana en capitular, ciudad no destruida, refugio de muchos oficiales nazis.

También nos cuenta un poco de su investigación. No fue posible contactar con familiares. El apellido Lambrecht es poco frecuente. Buscó en redes sociales, casi todos contestaban y se emocionaban, pero no eran de la familia. Tampoco ha podido localizara a los primos que, le consta, tenían en otra parte del país.

 Sería maravilloso encontrar un diario de Edelgard. De haber existido, estaría desaparecido. Cuando uno muere, somos pequeñitos, se destruyen nuestras cosas...

¿Qué va a escribir ahora?

J.A.A.  está con otra historia, ambientada en el XIX. Va a esperar un año y...ya hablaremos.

¿Redes sociales? Las rehúye...Es de los que creció con el refrán "el buen paño, en el arca se vende". Alguien le comenta que en Twitter ya aparecía lo que estaba pasando en ese momento, en el lugar donde nos encontrábamos.

Nos habla del tiempo robado a su mujer por escribir la novela, no se divorció, supo comprender. Y de su pequeña editorial, "La isla del náufrago", para editar libros con cariño, de los que se abren y no se desencuadernan. Recuerda la edición horrible que le hizo Anaya con su "Crónica de Umbroso".


¿Traducción? En Alemania es difícil, no la traducen porque no es conocida. Hay una traductora alemana muy buena que no tiene tiempo disponible hasta el 2016. Hay un intento de traducirla al francés.


Y si la tradujeran y editaran en alemán, habría que cambiar la portada porque no se podría publicar con la foto de los niños agitando las banderitas con las cruces gamadas. Porque, en Alemania, no se puede publicar nada con imágenes de Hitler o del nazismo. Al contrario de lo que sucede en España donde se publica algo con la imagen de Franco y no pasa nada.

Esta imagen no figuraría en una portada alemana.

Terminamos la lectura colectiva con la firma de ejemplares de "La sonrisa robada". Me acerco a José Antonio Abella y le digo que me enamoré de Edelgard y José, la dedicatoria irá en línea con mis palabras. También llevo un ejemplar de "Edelgard, diario de un sueño" de José Fernández Arroyo. Me lo dedica en nombre de José y yo le pido que le dé un abrazo de mi parte. Así lo hará.

Termina el encuentro, después de unos cuantos saludos abandonamos el Museo del Libro. De camino a casa, sigo comentándolo con una compañera de la lectura colectiva. "Así sucede con todas las cosas hermosas: se van volando como un sueño dejando en nosotros un ardiente Schnsucht".

Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

10 comentarios:

pancho dijo...

El planteamiento de la novela no puede ser más sugerente, tanto más si es explicado con tanta dedicación como podemos ver en estas entradas dedicadas a la historia. Sumamente original. Qué tendrán que decirse uno de Manzanares y una alemana. De Manzanares sé que allí murió Ignacio Sánchez Mejías y poco más. Algún día leeré la historia si no hay contratiempo, me habéis metido la curiosidad en el cuerpo por ver el tratamiento que se le da a la Alemania vencida, causa principal de uno de los mayores desastres de la historia.
Un abrazo y felicidades por el trabajo.

Bertha dijo...

Un análisis perfecto y tan depurado que en poco has resumido casi todo.

Y respecto a las traducciones es un riesgo que con la riqueza de léxico que tiene el español y esos golpes de efecto en la forma de definir las cosas; se pierda ese encanto, con un idioma tan tosco como el alemán.Aun en francés o italiano no se pierde esa chispa.

Un beso avejita que bien ganado te lo tienes por ser tan trabajadora.Feliz fin de semana.

Myriam dijo...

He leído con mucha atención tu crónica completa del encuentro con el Dr Abella y he de decirte que comprendo tu Sehnsucht al terminarla, puesto que está hiperclaro lo mucho que te ha gustado.

Mil gracias por esta crónica, un lujo para los que no pudimos estar presentes.

Un beso

Myriam dijo...

Lo mucho que te ha gustado la Novela.

miguel. dijo...

Mandé tus entradas a Lucía Palacios & Dietmar Post

m.v. dijo...

En un lugar de la Mancha..... y Alemania. De los cuales no debemos olvidar...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente cierre de tu reseña del encuentro que tuvimos. Gracias.

Pamisola dijo...

Qué interesante todo,Mª Ángeles, cómo se disfruta en los momentos así. Enhorabuena a tí sobre todo por transmitir tan bien tu entusiasmo por los libros, este en concreto.

Besos.

Paco Cuesta dijo...

Ni el poeta (también hombre) entiende que la imagen es muy importante para la mujer. El amor tampoco puede entenderlo y actúa en consecuencia.
Besos

Ele Bergón dijo...

No sé cómo te dio tiempo a coger todas las preguntas y las respuestas que el autor dio. No puede estar más completo.

Como ya terminé de leer la novela, ahora puedo comprender mejor mucho de lo que expuso en el coloquio.

Me quedé impresionada con el sueño que tuvo del padre de Edelgart, tanto cuando lo contó, como cuando lo he leído.

También es delicado y bonito la rama que le trae a su amigo el poeta al que se nota le quiere y le une una gran amistad.

Sí es verdad la novela tiene lirismo y lo he percibido muy bien en su capítulo final .

Besos

Luz