miércoles, 29 de enero de 2014

"Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas..."



Poema 19

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,



hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.


Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.


Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.


Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.




Mariposa morena dulce y definitiva,
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.



 Leo el poema 19 y sueño  un imposible paisaje de frutas, trigos y algas, coronado por el más brillante de los soles. Y, como reina de todo, una "niña morena y ágil" que juega con el astro rey, ansioso por convertir en espirales doradas las hebras de su "negra melena". Como decía el poema 2:
En su llama mortal la luz te envuelve.

Envuelta en luz, la niña responde, alza los brazos y sacude al sol como si fuera un estero. Hija del sol al fin, cuerpo de mujer que puede mantener la vida y la estabilidad de la tierra. El paisaje del sueño es una quimera: zumba la abeja delirante, la ebria ola rompe en la playa y brota la espiga. Ella es una fuerza más de la Naturaleza, como en el 11:


Pero tú, clara niña, pregunta de humo, espiga.
Era la que iba formando el viento con hojas iluminadas.

Pero el poeta es "un corazón sombrío" que la busca a pesar de sentirla inalcanzable.


Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.

Sombras, oscuridad, colores desvaídos, en contraste  con la luz deslumbrante de la amada. Pálido, amarrado a un imposible, vestido de gris, como en el 9:

Pálido y amarrado a mi agua devorante

cruzo en el agrio olor del clima descubierto.

aún vestido de gris y sonidos amargos,

y una cimera triste de abandonada espuma.

La  búsqueda es difícil y escurridiza: "nada hacia ti me acerca...todo de ti me aleja...". Ella siempre se aleja, como en el 10:


Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

Él es muy poca cosa, sólo un amante que necesita del amor de la amada para ser algo, "como el trigal y el sol, la amapola y el agua"

Fuera ya del poema 19 que estamos comentando, el amante de "Veinte poemas..." tiene momentos felices, breves, en que ella responde y los dos pueden disfrutar del amor, desaparece momentáneamente  al náufrago angustiado. Así en el 14:


Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,

y tienes hasta los senos perfumados.

Mientras el viento triste galopa matando mariposas.

Y, por fin, en el 16:
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa

Mas el poeta, en el 20, puede escribir "los versos más tristes" y  el destino de sus palabras:


Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo

La noche estrellada es el escenario. Le queda el recuerdo y los versos...inmortales. Al final, el amor sirve para escribir de amor. Poesía.

Y el libro que comenzó en "Cuerpo de mujer" terminará en una "canción desesperada" que concluirá con un "Oh abandonado". Una historia de amor.

Un abrazo para todos de:

María Ángeles Merino

Un enlace que me sirvió de ayuda:
Agustín Uña.
Y, por supuesto, las entradas de Pedro Ojeda y la lectura presencial del día 21 de enero de 2014.

7 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente el comentario y excelente la introducción. En efecto, a pesar de la angustia del poeta, de vez en cuando se puede dar el feliz encuentro entre los amados.

Paco Cuesta dijo...

Naturaleza mujer y amor forman en Veinte poemas un todo indisoluble.
Besos

Ele Bergón dijo...

Ya veo que has entrado en Neruda y y además de pleno, con todas las fotos y comentarios que aquí nos vas dejando, no sólo del poema 19, si no también de la relación con los otros.

Muy bueno y muy interesantes las fotos que lo ilustran.

Un abrazo.

Ya he vuelto y he dejado esos fríos burgaleses llenos de viento, lluvia, niebla y nieve.

Gelu dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Los versos del joven Neftalí Reyes, ya dejaban ver el poeta que había.
Me han encantado tus fotos, y que de ese modo los poemas hayan quedado ubicados en nuestra tierra.
Te dejo el enlace con la entrada que dediqué al 19.

Abrazos.

Bertha dijo...

Saber escribir versos es un arte; que sean tan hermosos como estos.

MªAngeles,preciosa forma de darle vida a estas entradas.

Feliz fin de semana.

Besos

pancho dijo...

El sol, el agua y el aire en lucha permanente con la oscuridad, la aridez y la asfixia hacen la vida y maduran los trigos, mantienen viva la existencia, la maravilla, la excepción de la naturaleza inerte.
También creo que hay más sufrimiento que satisfacción en el poemario, por eso el protagonista disfruta más cuando se cumplen los sueños.
Sacudirse el sol como una estera no suena muy poético. "Todo de ti me aleja", cuánto le hacen sufrir, el pobre.

Estupendo y trabajoso ejercicio de comparación de poemas y búsqueda de imágenes que digan algo.

Un abrazo

Pamisola dijo...

Y seguimos emocionándonos con Neruda y todo lo demás que aportan tus entradas.

Besos.