miércoles, 18 de diciembre de 2013

"...la perfecta legalidad en la que han sucedido la inmensa mayor parte de las barbaridades y los despilfarros que se han ido acumulando..."

Foto tomada ayer, 17-12-2013, de camino a la lectura colectiva de "Todo lo que era sólido". Podéis compararla con la del mes pasado.

Comentario, en forma de diálogo entre personajes de ficción, a las páginas 34-53 del ensayo "Todo lo que era sólido", de Antonio Muñoz Molina, editorial Seix Barral. Para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.

Ya las conocéis de la entrada anterior y de la anterior. Juana Teresa Idiáquez y María Tirgo, descendientes soñadas de aquellas de "La estafeta romántica" galdosiana, y burgalesas de pro, entran en la cafetería habitual a merendar su ración habitual de chocolate churros y cotilleo. 




Doña Juana Teresa lee y comenta algunos fragmentos de "Todo lo que era sólido":

J.T: “Cuanto más parece que se acelera el tiempo más rápido actúa el olvido”. Pelotazos, habla de pelotazos.

M: ¿De fútbol?

J.T: No, sino “negocio de dudosa legalidad con el que se gana dinero de una manera rápida”. Y se pregunta: “quién se acuerda ahora de los años en los que irrumpió esa palabra en el idioma con un significado que no había tenido antes”.  Y nos lleva a 1988 cuando el ministro socialista Solchaga  decía que España era “el país donde uno se puede hacer rico más rápidamente”


M: Solchaga, Solchaga, quién se acuerda ahora de ése, fue cuando Felipe González ¿no?



J.T: Sí, que a ti los ministros de Hacienda no se te despintan nunca, Mariquita, que te conozco. Y si son sociatas, con más motivo.

Sigo “hacia la mitad de los años ochenta empezó a haber dinero en la política y en la vida cotidiana…Por primera vez vimos a gente que se enriquecía: no los ricos habituales y casi siempre rancios, y desde luego remotos, sino gente que se parecía a nosotros, que compraba un coche espectacular…casa con jardín…hábitos y vicios caros, que a veces tenían un pasado de…ascetismo militante…que había entrado en la política por convicción o por azar…y la convertían en una profesión…"

M: Sí, que hasta los gatos quieren zapatos, no hay color; los ricos de toda la vida y a los recién llegados que se les ve el pelo de la dehesa. Me quedo con los rancios, gente con clase, con principios, que no gasta sino que invierte. ¿Ascetismo dices?  Por necesidad cabalgo, sería cuando estaban caninos, que luego ya le cogieron gusto a los despachos elegantes y al mando, que no les cabía una paja en el cu…salva sea la parte. Inflados como pavos.

J.T: Vaya, me estás diciendo lo que dice aquí, mira por donde Molina y tú coincidís en algo: “un poco antes, en 1977, en 1979, recién elegidos diputados o concejales…reaccionaban con indignación igualitaria ante las pompas del poder…al poco tiempo no sólo las aceptaban sin ningún embarazo sino que se les veía interiormente crecidos cuando se sentaban en el sillón forrado de terciopelo viejo de un despacho o asistían a una ceremonia pública...desfile…procesión…”.

Te leo por encima, cuenta que algunos tenían una profesión y volvieron a ella, conocemos algunos, sí. Pero que muchos convirtieron la política en una profesión de por vida y se  apoderaron  de la administración a la que habían llegado como intrusos.  Y, enquistados en ella, sorprende su conformidad, su escaso sentido crítico. Escucha: “Los dirigentes de cada partido son reelegidos una y otra vez con unanimidades norcoreanas. En los salones de actos en los que celebran sus congresos…aplauden con devoción, levantan la mano…no hay probablemente nadie a estas alturas…que no viva desde hace muchos años del dinero público”. Algunos veteranos siguen ganando elecciones o presiden “empresas públicas o privadas o privatizadas en las que cobran sueldos de plutócratas, cajas de ahorro a las que han llevado impávidamente a la ruina…Y también hay una segunda y hasta una tercera generación de cargos que…no han respirado otro aire ni estudiado otra carrera que la del medro político”

M: Intrusos, esa es la palabra. Dice que son elegidos con unanimidades norcoreanas. ¿Norcoreano es ese chino que ejecutó a su tío el otro día?



J.T: Bueno, como el chino que tú dices, no creo, qué exagerado don Antoñito. Pero los eligen con gran unanimidad, es cierto. Y que los más viejos siguen chupando de la política, pase lo que pase, con sueldazos de…

M: De plutócratas, me apunto la palabra, aunque me supongo que serán sueldos con muchos ceros. Cajas de ahorro a la ruina, ya ves lo que pasó con la caja de Madrid, con lo solvente que parecía, y lo formal que parecía Rato en su balcón de Carabaña, todo un señor cuadrando cuentas. 



J.T: Y esos jovenzuelos que no se han dedicado a otra cosa que a la política desde que salieron del parvulario; porque carreras, lo que se dice carreras, algunos deberían incluir en su currículum la del galgo. ¿A que se te ocurre algún nombre de por aquí cerca? Y no tan jovenzuelos, ahora que lo pienso, no digo nombres, que las paredes oyen y no quiero líos con los vecinos, ya sabes, "los nuestros". Que en las páginas de Internet, que mi Rodrigo ha indagado, pone que tienen "estudios de", pero no consta que los hayan acabado alguna vez.

Más páginas, da vueltas a lo mismo...Te leo esto:"Hacia mediados de los ochenta ya había mucho dinero...en los ayuntamientos y en el gobierno central...cuando la reforma fiscal modernizó la recaudación. Y lo hubo de verdad cuando llegaron los fondos de la Comunidad Europea...los políticos tenían mucho más poder, gracias a la aprobación de leyes oportunas, que los liberaban de la sujeción...los alcaldes..."

M: Los alcaldes, "ancha es Castilla". Y "a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga".

J.T: Así es, María. Veo que me sigues. "...y podían gastarlo sin rendir cuentas a los altos funcionarios que al principio habían vigilado la legalidad de los acuerdos municipales...más grave que la legalidad dudosa...es la perfecta legalidad en la que han sucedido la inmensa mayor parte de las barbaridades y los despilfarros que se han ido acumulando...hasta llegar a este presente...en el que no sabemos si mañana habrá un médico en el hospital...o un equipo de bomberos...o un camión municipal que pase a recoger la basura..."



M: ¿Y el secretario? ¿No pinta nada el secretario del Ayuntamiento? 

J.T: Precisamente: "secretarios, depositarios e interventores". "Esos cuerpos nacionales venían de mucho antes de la Guerra Civil y habían sido fundados con el propósito de limitar el poder arbitrario de los caciques territoriales sobre...ayuntamientos y diputaciones provinciales...los alcaldes no podían nombrarlos ni destituirlos".

Lo que hicieron fue cambiar las leyes para asegurarse de poder actuar al margen de ellas y crearon nuevos puestos de "comisarios políticos descarados o encubiertos", volcados en el partido y no en la ciudadanía.

M: Pero los ciudadanos votamos al partido, les dimos nuestra confianza. ¡Qué mitin tan bonito dio aquí Rajoy!

J.T: Sí, pero no les dimos carta blanca para que hicieran y deshicieran a su antojo. Los nuestros y los otros, todos haciendo lo que les sale de...Bueno, rectifico que en la cabeza de Castilla todo pasa por la misma cabeza. Y no digo más.


Plaza Mayor y Excmo. Ayuntamiento de Burgos

M: No me seas vulgar, Juanita, si te oyeran las monjitas de las Damas Negras. 

J.T: Es igual porque ya están todas criando malvas, María. Y lo de la cabeza es "vox populi". 



A lo que vamos, el escritor ocupó un puesto de modesto funcionario en el Ayuntamiento de Granada, sacó por oposición una plaza de auxiliar administrativo. Le hubiera gustado ser profesor de instituto, es licenciado en Historia del Arte, pero sacaban muy pocas plazas. Se ganaba la vida por las mañanas y por las tardes escribía, su verdadera vocación. Pensaba ascender pero la prometida promesa de "carrera administrativa"desapareció. Los muebles de diseño sustituían a los sillones isabelinos desfondados, los ordenadores a las olivettis grises, los alcaldes recibían sueldazos nunca vistos; pero de dar a los funcionarios la posibilidad de ascender por su méritos... nada de nada. Eso sí, aparecieron nuevos cargos con nombres fantasiosos: gerentes, gestores, animadores, asesores, directores de gabinete, de área, de comunicación. ¿Te suenan? Todo a dedo. 



M: Ahora que lo dices, yo me he preguntado qué gestionan,  a qué animan y qué asesoran...soy de otra época. Porque...sí... conozco alguno y aparte de cobrar su sustancioso sueldo...Buenoooo, son gente de confianza, mujer, hay que entenderlo, el partido..., no vas a poner a un rojazo cualquiera en puestos tan delicados. La zorra a cuidar las gallinas, a quién se le va a ocurrir.

J.T: Otro día hablamos del partido, sí, lo confieso, he pensado que mi Rodriguito bien podría apañar algún cargo...no ha acabado la carrera...no importa me han dicho, mas mi criatura no quiere ni oír hablar de gaviotas...ni de puños con rosas, es una cabeza libre. Mira por ahí viene tu sobrina Gracia, esta sí podía ser una buena proporción para mi chico, el humanista. Ya que lo de Demetria lo dejo por imposible. Los Castro y los Idiáquez, ay.

Gracia: ¡Hola tía! ¿Qué tal está usted, doña Juana? ¿Qué hacéis con el libro de Muñoz Molina? ¿Os gusta? ¡Vaya sorpresa!
M: Ya ves, cariño. Juana y yo leyendo un libro de uno de izquierdas, más rojo que el pimentón. Hay que saber los planes del enemigo. Aunque...me parece que tú llevas tiempo en el otro lado. La Universidad te está cambiando. Ya no sales con las niñas que iban contigo a los maristas, ahora te juntas con Justinita, la hija de la asistenta. Y los de la oenegé que vaya pelánganos que se gastan, hijos de maestrillos, tenderos y chupatintas.

Gracia: Mira tiíta, yo no pregunto a mis amigos por lo que hacen sus padres. Ni me importa si van o no van al peluquero. Tengamos la fiesta en paz. Veo que os levantáis, ocupo vuestra mesa, que he quedado aquí con una amiga. ¿Habéis pagado ya los chocolates y los churros? Viva la vida light.

J.T: Déjanos, que ya nos regañará el médico, nena.  Mira, por ahí viene Justinita. Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma.

M: Lo dicho, este ya no es nuestro mundo, Juana Teresa. Si papá, que en paz descanse, levantara la cabeza...

J.T: Te dejo el libro, así llevo las manos libres para las compras de Navidad. Ya me lo devolverás.

Gracia: Mira sí, me apetece leerlo. Hoy ha dicho mi profesor de Literatura que hacía falta un libro como el de Muñoz Molina, que "los moderados no tienen cancha hoy en día".

M: ¿Moderado ese señor? Vaya con los profesores de la Uuuubuuuu.

Gracia: Pues sí, sorprende por su sensatez. Y supongo que habéis comprobado como arrea estacazos a un lado y a otro. Y los que da a los suyos, por decirlo de alguna manera, resultan más duros y llaman más la atención.

M: ¡Hola Justina! ¿Qué tal está tu madre?

Justina: Bien señora, gracias. Mira Gracia, aquí tienes los apuntes que me pediste. Tengo cosas que contarte. ¿Se van ustedes ya?

J.T: Os dejamos, no estudiéis demasiado, chicas. Cuídame el libro, Gracita. A ver si te pasas por casa, que Rodrigo pregunta mucho por ti.

Dejamos a María y Juana Teresa saliendo de la cafetería. Y a Gracia y Justina sentadas, pidiendo unos cafés. En la próxima entrada hablarán ellas. Antes de despedirme, no me resisto a destacar estas palabras de Antonio Muñoz Molina. Las hago mías con su permiso:

"Había un país real, más bien austero, habitado por gente dedicada a trabajar lo mejor que podía, a cuidar enfermos, a criar niños y educarlos, a construir cosas sólidas, a perseguir delincuentes, a juzgar delitos, a investigar en laboratorios, a cultivar la tierra, a ordenar libros en las bibliotecas, a ganar dinero ideando o vendiendo bienes necesarios. Pero por encima de este país y mucho más visible estuvo desde muy pronto el otro país de los simulacros y los espejismos..."



Trabajemos lo mejor que podamos, tiremos de la cuerda. Cada uno en lo suyo, no se me ocurre otra cosa.

Un abrazo de:

María Ángeles Merino

10 comentarios:

pancho dijo...

Precisamente acabo de leer esta mañana el trozo de ensayo del que hablas y escribes y me parece que lo bordas. Me encanta ese tono castizo y divertido que le das al diálogo entre las dos señoras galdosianas. En cierto modo suaviza la aspereza de lo que cuenta, sobre todo la impunidad con la que se ha hecho el apaño al ajustar las nuevas leyes a los intereses propios, como señalas en el título.
La llegada de la revoltosa Gracia promete. A ver con qué nos sorprendes ahora que vas a tener más tiempo libre por las vacaciones... Superar a las señoras va a ser difícil. Veremos.
Unanimidades a la búlgara se decía de antes.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En efecto, de pelotazo en pelotazo nos han roto las vidrieras. Ellos no, que las tienen blindadas...
La foto inicial queda como recuerdo de un rato excelente en la reunión de ayer.

Bertha dijo...

MªAngeles; me encanta este diálogo tan fluido y más contado de esta forma tan suave aunque sabes ahondar donde más duele y este mal traer de estos políticos que solo han ido llenando los puestos públicos de asesores(...)que lo que menos han hecho es asesorar: sino asesorarse para llenarse los bolsillos y ansiosa de ver lo que tienen entre dientes Gracita y su compañera.

FELICES FIESTAS!!!

Besos.

Pamisola dijo...

Querida Mª Ángeles, has pensado en escribir una obra de teatro?
Pues piénsalo, creo que te quedaría muy bien.

Te deseo unas Felices Fiestas, y un buen descanso.

Abrazos

Bertha dijo...

Felices Fiestas Mº Angeles!

Besos

Paco Cuesta dijo...

Creímos poder hacer una España nueva a imagen y semejanza de no se qué.
Un beso

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Myriam dijo...


Te iba leyendo y el dialogo podía ser de dos mujeres argentinas, como decía uno de mis primos con quien charlé el otro día: Si los políticos corruptos de allá hubieran robado un poquito menos, sólo un poquito, con lo rica que es Argentina, estaría muy bien, pero la han esquilmado, destruido el campo y una largo etcétera que para que te cuento... Da pena, rabia, dolor y vergüenza.

Besos y ánimo,
y que a pesar de todo y de todos, pases unas lindas Fiestas.

Gelu dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

"Había un país real, más bien austero, habitado por gente dedicada a trabajar lo mejor que podía,...”
...El país, pobre, quiso imitar a los ricos...Y se dedicó a aparentar, a comprar sin dinero, a endeudarse, a enriquecer a los vendedores de baratijas, a despilfarrar, a hacer costosas obras faraónicas, ...
En fin, parece que en el libro está bien explicado.

Un abrazo

P.D.: Precioso el Parral, en la fotografía anterior y en ésta.

Ele Bergón dijo...

Cada día afinas más con estos diálogos tuyos, donde se ve muy bien reflejada nuestra tristes realidad actual .

Besos