domingo, 22 de septiembre de 2013

Cuando despertó, las icnitas todavía estaban allí.

 
 
Augusto Monterroso escribió el que tiene fama de ser el relato más corto del mundo:
 
 
Dejo a un lado las múltiples interpretaciones que se han dado, incluida la de la tomadura de pelo.
 
Porque un día soñé con un dinosaurio, oía el estruendo de sus pisadas, arrasaba todo, venía hacía mi y quería devorarme. Cuando desperté, todavía estaba allí. Me froté los ojos y desapareció.
 
¿Cómo era mi dinosaurio? ¿Cómo los que vivieron en Regumiel de la Sierra? Tal vez.
 
 
¿Cómo los de Quintanilla de las Viñas? Quizás.
 
 
Me reí del sueño, qué me importaban aquellos animalillos tan aparatosos. Herbívoros o carnívoros, luchaban por su supervivencia y perdieron la batalla. Natural.
 
Pasó el tiempo, atravesé una mala etapa. Y todos los días soñaba con un dinosaurio de cara humana y pisadas puntiagudas. De sus fauces salía un extraño bramido con muchas ges. ¿Gggggg? Yo despertaba en el momento de ser devorada; era su comida, envuelta en una ensalada de papel y lágrimas. ¡Cómo se relamía aquel monstruo!
  
Finales de 2007, 2008...¡Cuántas veces desperté y todavía la bestia estaba allí!
 
2009, 2010, 2011, 2012, 2013. Sé que el monstruo permanece en su guarida; mas ya no puede hacerme daño. La pesadilla desaparece.
 
 

Ya sólo quedan las icnitas, una palabra que no conocía. Me gusta.

Cuando desperté, las huellas todavía estaban allí. Pero ya no me importa. ¿Ggggggg? No me das miedo, bicho de pisadas puntiagudas.

Aprovecho para aconsejaros la visita a los dos yacimientos de icnitas: el de Regumiel de la Sierra y el de Quintanilla de las Viñas, ambos rodeados de hermosos paisajes. Los ornitópodos y terópodos no tienen nada que ver con mis pasados temores. ¡Animalitos!
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8 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Hoy también he aprendido sobre las "icnitas" je,je... Besotes, M.

Bertha dijo...

Nunca se sale de tu ventanita sin aprender alguna nueva palabra,"icnitas".

Impresionantes las pisadas de estos animales.

Un abrazo, feliz inicio de otoño.

Pamisola dijo...

Hay que estar preparada al despertarse, por lo que se pueda uno encontrar.

Abrazos.

Paco Cuesta dijo...

Felices futuros sueños
Besos

Elba dijo...

He venido a conocerte desde la Orilla de Edurne...y me ha encantado...También pasé por tu otro sitio y me place que te ocupes del Quijote que lei con mucho gusto en mi adolescencia y volvi a él muchas veces...te sigo desde ahora , asique , nos vemos.....saludito

Ele Bergón dijo...

Ya sé a qué dinosaurio te refieres, pero como bien dices, ya no te puede hacer daño, pues se ha perdido en los tiempos de la historia, de tu historia.

Buena interpretación del cuento de Monterroso.

Por cierto yo he visto huevos de dinosaurio en otro pueblo distinto a los que citas, también de Burgos, pero no recuerdo el nombre. Cuando lo recuerde te lo diré.

Besos

Luz

María Pilar dijo...

Icnitas, como soy de naturaleza curiosa, nada más ver el título iba a teclear el dicionario, pero el relato sobre el cuento de Monterroso me atrapó y al final me he enterado y me ha traído recuerdos de una visita por esos lugares.
Un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

A veces los dinosaurios se empeñan en no darse por extinguidos...