jueves, 31 de diciembre de 2009

"...vio una gallarda señora sobre un palafrén o hacanea blanquísima, adornada de guarniciones verdes y con un sillón de plata."



Me imagino a "la bella cazadora" como a esta reina consorte, pintada por el gran Velázquez, unos veinte años después.

Isabel de Borbón a caballo (1635-36). Museo del Prado, Madrid.

Comentario al capítulo 30, 2 del Quijote, publicado en "La acequia"

De lo que le avino a don Quijote con una bella cazadora

Al final del capítulo anterior, leemos: “Volvieron a sus bestias, y a ser bestias, don Quijote y Sancho”. En mi comentario anterior, no entendía por qué Cervantes decía eso. Una anotación resuelve mi duda: vuelven a ser bestias porque se dejan dominar por la tristeza. Y, a su vez, la anotación remite a otra que nos dirige hasta aquellas palabras de Sancho: «Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias».

Y con aquella tristeza comienza este capítulo: “asaz melancólicos y de mal talante “. Tristeza y mal humor. Triste don Quijote que, por primera vez, desiste, abandona…De pésimo humor, Sancho puesto que menguar el caudal era “quitárselo a él de las niñas de sus ojos”. Silenciosos, en sus jumentos, se apartan del famoso río. Sepultado el caballero en sus amores y enterrado el escudero en sus dineros. Las acciones de don Quijote, todas o las más, son disparates y Sancho lo tiene presente, poco o nada va a sacar. Si un día su señor se “desgarra” y decide irse a casa, será la ocasión que busca: ni cuentas ni despedidas. Pero la fortuna enreda las cosas…

Al día siguiente, al atardecer, don Quijote sale de un bosque y divisa un verde prado. Ve gente y conoce que son unos altaneros cazadores de altanería. Se acerca y ve a una altanera y elegantísima señora sobre una blanquísima hacanea, con guarniciones verdes y sillón de plata. ¡Una gran señora vestida de verde- verde y más bizarra que la misma bizarría! En la mano, un azor, ave de altísimos vuelos. No hay duda, grande de España. ¿Osuna? ¿Infantado? ¿Medina Sidonia? No nos lo van a decir…

Don Quijote ordena, corre hijo Sancho y dile a la del palafrén y el azor que el de los Leones besa sus manos. Si me da licencia, iré a besárselas y a ponerme a su servicio. Mira cómo hablas, no metas la pata, no sueltes tu rosario de refranes. Vamos, como si fuera ésta la primera vez que Sancho lleva embajadas “a altas crecidas señoras”. Su amo no tiene noticia de que haya llevado otra que no fuera la de Dulcinea. Bien cumplió con aquella embajada, por cierto…

Sancho admite que la de Dulcinea fue la única y suelta dos refranes que no viene a cuento, o sí…quiere decir que no hay que advertirle de nada, que de todo es capaz. Don Quijote lo cree así, puede ir donde la bella cazadora, lo hará correctísimamente.

Puesto de hinojos, presenta a su señor y a sí mismo. Y, en el alambicado estilo caballeresco, solicita que le dé licencia para poner en obra su deseo, el cual no es otro que servir a “vuestra encumbrada altanería y fermosura”, cosa que le beneficiará y le contentará. ¡Sancho mete la pata y da en el blanco! ¡Altanera es esta duquesa, además de practicar la altanería!

La señora felicita a Sancho, ha dado la embajada en el estilo retórico adecuado y debe levantarse, que “escudero de tan gran caballero, como es el de la Triste Figura”, no ha de estar arrodillado. Que venga a servirse de la pareja ducal, “en su casa de placer”. La duquesa sonríe para sus adentros, piensa en la oportunidad única que se les presenta, lo que se van a reír ¡los auténticos don Quijote y Sancho, los de ese libro tan divertido, en carne y hueso!

El escudero admira su hermosura, sus exquisitos modales y, sobre todo, el que tenga noticia de su señor, del Caballero de la Triste Figura. La pregunta siguiente ya le deja estupefacto, si es uno cuya historia anda impresa con el título “del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha “, que tiene por señora a Dulcinea…

Sancho se lo confirma y añade que el escudero que anda en tal historia es él mismo, si no es que le “trocaron en la estampa”. La sombra de Avellaneda planea sobre estas palabras…

Don Quijote es bien venido a los “estados” de esta duquesa, tan contenta, que habla como una señora feudal del Medievo. El señorío pervive… ¿no estamos en el siglo XVII?
Con grandísimo gusto vuelve Sancho a su amo y le cuenta cómo se había expresado la gran señora, exagerando su hermosura, donaire y cortesía.

El caballero, todo hueco, y muy bien plantado sobre Rocinante, fue a besar elegantemente las manos a la duquesa.

El duque ya ha sido informado y tiene gran deseo de conocerlo. Lo planean: le seguirán el humor, le tratarán como a un caballero andante, no escatimarán en todas las ceremonias, las habituales en esos novelones caballerescos, que tan vorazmente leen.

En el momento de apearse del rucio, Sancho se enreda con una soga, quedando colgado y en el suelo. Don Quijote piensa que Sancho ya está sujetándole el estribo y cae, con silla y todo. Avergonzado, maldiciente y maltrecho; le auxilian los cazadores, por orden del duque. Renqueando, va a hincarse de rodillas ante los dos señores, noooo por Dios…El duque se apea y ¡lo abraza! Cuánto le pesa tan mal comienzo en su tierra, casi besándola.

Sucesos de escuderos, los hay peores que éste, dice el duque. Don Quijote es un hidalgo, el escalón más bajo de la nobleza y se derrite ante la gran nobleza. Aunque hubiera caído a un abismo, qué gloria haberlos visto, siempre a su servicio. Y riza el rizo hablando de la “digna consorte vuestra, y digna señora de la hermosura y universal princesa de la cortesía “


El duque comienza la artillería socarrona llevándole la contraria, hermosa es su señora esposa, pero donde esté Dulcinea no se puede hablar de hermosura… Y Sancho se adelanta para lisonjear a la duquesa: si la naturaleza es un alfarero que sabe hacer un vaso hermoso, bien puede hacer alguno más. Y la mujer del duque “no va en zaga” a Dulcinea. Ay, que las palabras le traicionan…Muérdete la lengua, escudero. No se te escape que nunca viste a tal belleza…

Don Quijote se vuelve hacia “su grandeza” para contarle que no tuvo caballero andante escudero más gracioso, hablador y sincero retratista de su amo. Lo sacará verdadero.
La lectora defiende a este personaje que ha llenado muchas horas de su ociosa vida. No es un tonto gracioso como sus bufones, es gracioso maguer discreto. Y, maguer rústico, qué bonito lo que ha dicho de su hermosura.

Y también el duque lo defiende. Si es hablador, tanto que mejor; que hay gracias que no se pueden decir con pocas palabras.

Los duques invitan al señor Caballero de los Leones, antes de la Triste Figura. Se le acogerá en su cercano castillo, tal y como se debe a tan alta persona, tal y como esta noble pareja suele recibir a los caballeros andantes.

Ya se van los tres a caballo: don Quijote, la duquesa en medio y el duque. Pero a la de en medio lo que le gusta infinito es oír las “discreciones” del escudero. El discreto se entreteje y ya es el cuarto. Los duques tienen “a gran ventura “acogerles, menuda acogida. El castillo de los duques va a dar mucho de sí.

Feliz Año Nuevo 2010

Pedro Ojeda Escudero dijo en este blog:

Quizá la tristeza no nos vuelva bestias sino más humanos: no en todo va a ser cierto Cervantes.Excelente resumen. Y muy bien ilustrado. Feliz año, Abejita.

Pedro: yo también le quito, por esta vez la razón a Cervantes. La tristeza, qué duda cabe, nos hace más humanos.Feliz año, Pedro.

10 comentarios:

pancho dijo...

Excelente relato con no menos excelente ilustración, aunque el vestido de la real dama no sea muy acto para la caza.

No dejas ni un cabo suelto, buen trabajo de investigación con la frase: “Volvieron a sus bestias, y a ser bestias, don Quijote y Sancho” el enlace que nos dejas parece muy completo: lo usaremos cuando sea necesario, gracias.

“Al poner del sol”: parece que yo lo entendí como si fuera un pintor que pone el sol en el cielo, es decir, más al amanecer que como tu lo has entendido, al anochecer. Sólo pensé en los madrugones que se pegan los cazadores para estar en el corte preparados al ser de día. Seguro que tienes razón, pero la discrepancia también tiene su aquel.

Lo dicho: comienzas el año subiendo el listón, que siga el “acrecentamiento”.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Muy buena entrada y comentario al capitulo de la semana.

Me gusta.

Feliz año nuevo y un enorme abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Quizá la tristeza no nos vuelva bestias sino más humanos: no en todo va a ser cierto Cervantes.
Excelente resumen. Y muy bien ilustrado. Feliz año, Abejita.

Ele Bergón dijo...

Hola troncos y troncas.

Como ahora me gusta mucho pasar por el kiosko para mirar y ver a la que será mi churry Nerea, pues me entretengo en leer los títulos de los libros que hay allí. Hoy he encontrado uno que se titula "Curso sobre el Quijote" de un tal Vladimir Nabokov, que nació en Rusia pero que se tuvo que ir a los Estados Unidos. Se lo he peidido a mi madre como regalo de reyes. Ella se ha quedado un poco sorprendida, después de insistir un poco, me lo ha comprado.

Al llegar a casa he buscado el capítulo 30 de la segunda parte, donde resume lo que escribió el Cervantes. Dice así:

"Don Quijote encuentra a un duque y una duquesa que han salido de caza. Ellos le reconocen y le invitan a su castillo, donde para entretenerse le tratarán con toda la ceremonia que se debe a un caballero andante".

Así que me he enterado que mi padre anda entretenido con unos duques. ¡Qué nivelazo! Ahora comprendo el porqué no llegan a Zaragoza.

El fin de año muy bien con la familia, pero mejor con los amigos por el barrio. No me regañéis que me porté muy bien.

Choque de manos

El Sanchico.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Pienso que Cervantes al hacer de las bestias el sentimiento de la ternura por la tristeza estaría pensando en otra cosa...
Don Quijote ahora se cree en su tinta... homenajeado sin ser leído pero si conocido...y no digamos de Sancho...que se las ve feliz con la despensa de los duques....

saludos y Feliz Año Nuevo

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Al Sanchico: -O sea a Ele- menudo curso sobre el Quijote estamos construyendo nosotros... y encima gratis...y con denominación de origen...salud y choque de manos

Antonio Aguilera dijo...

Felicito tu investigación, ¡y buena memoria!! por acordarte de la cita de antaño.
Esto es dedicarse en cuerpo y alma a la lectura del Quijote.
Yo olvido muy pronto las cosas, y las mezclo en la mente y confundo: dejaré de leer varios libros a la vez.

Pues si no aparecen los Duques, Sancho se "desgarra"; vaya palabro que nos pone Cervantes: como una rama partida de su tronco-Quijote.

No me ha gustado que el Ilustre Manco se ría de nuestra pareja de "ídolos", volcándolos al suelo desde sus equinos. ¡Vaya presentación ante los Duques!!, nuestro héroe renqueando para besar la aristocrática mano, blanquísima supongo.

Preparémonos para estar más de medio año en casa de los Duques.

¿Te dará por transformarte en algún secundario?, jajaja (no he dicho nada, sé que eso es harto difícil).

ABEJITA, QUE TENGAS UN VENTUROSO 2010.
uN ABRAZO

Abejita de la Vega dijo...

Pancho: como les ponían las piezas delante, no necesitaban ropa cómoda, con un vestido sencillito como ése disparaban cómodamente.
Até el cabo,gracias a CVC.
"Al poner del sol" ...también podría entenderse como tú dices.Qué poético lo del pintor...
Gracias por lo del listón y el acrecentamiento.

Cornelivs: gracias, feliz año nuevo te deseo yo también.

Pedro: yo también le quito, por esta vez la razón a Cervantes. La tristeza, qué duda cabe, nos hace más humanos .

Ele Sanchico: quién te ha visto y quién te ve. Si lo sabe la de Lengua...

Manuel: don Quijote en su tinta , como un calamar, y Sancho soñando con ollas espumosas. Lo bueno no les va a durar mucho...Menudo curso el nuestro, ya lo creo.

Un abraaaaaazo a todos, amigos.

Abejita de la Vega dijo...

Antonio: la investigación me la dio hecha el Centro Virtual Cervantes, yo sólo pinché.
Yo también mezclo las cosas, me hago mi ensalada, también leo varios libros a la vez. Eso no me parece que sea malo. Bueno, tengo que confesar que ahora dedico más tiempo a escribir que a leer.Son dos caras de la misma moneda.
El ilustre manco les hace coger una liebre, recurso humorístico muy sobado. Como quiere dar gusto a todo tipo de público...
Duques, para rato. Lo del secundario, o secundaria, está al caer. Lo adivinaste.

Feliz Año Nuevo, Antonio

Myriam dijo...

Hola Abejita,

Me gustó mucho tu tratamiento del capítulo y la ilustración.
También quiero deearte, aunque un poco tarde, muy Feliz Año nuevo.

Saludos.
PD Lo mismo, considero que la tristeza nos hace más humanos.