viernes, 10 de julio de 2009

Sanchico y Sanchica, hijos del destripaterrones y de la pelarruecas.


Paisaje con terrones, nubes viajeras y molinos (Camino de San Pelayo, Palacios de Benaver)

"¡Por cierto que sería gentil cosa casar a nuestra María con un condazo, o con caballerote que cuando se le antojase la pusiese como nueva , llamándola de villana, hija del destripaterrones y de la pelarruecas "



Comentario al capítulo 2,5 del Quijote, publicado en "La acequia", en la entrada correspondiente de "La acequia".

"Sanchico tiene ya quince años cabales, y es razón que vaya a la escuela, si es que su tío el abad le ha de dejar hecho de la Iglesia"

“¡Ay! Este Sancho mío dice cosas tan sutiles, que mis lectores van a pensar que me he vuelto tan loco como don Quijote. Y los críticos, esos que no han escrito nunca ni una novela ni un mal cuento, dirán que mi personaje no posee “decoro”. Y no quiero cambiarlo, mi personaje se ha fortalecido, yo lo he deseado así y me divierto con su metamorfosis. Escribiré, al principio del capítulo, un párrafo. Disculpa: el ficticio traductor del texto arábigo lo tiene por apócrifo y considera imposibles tales sutilezas en un ingenio tan corto como es el del escudero. Y lo repetiré poco antes de finalizar este quinto de la segunda”. 


Algo así ha debido de razonar Cervantes al escribir este capítulo, uno de mis favoritos porque Teresa es mucha mujer…aunque se someta a ese “porro” de marido. ¡Cómo lleva aquí el papel de antagonista!

Llega Sancho a casa muy alegre, su mujer le pregunta el motivo de tal regocijo y él contesta que si Dios quisiera, bien se holgara de no estar tan contento como muestra. ¿Quéeee? ¿Qué le pasa a este hombre que habla de tan rodeada manera que Teresa no entiende? Todo para decir que está alegre de salir a buscar aventuras, para poder ganar otros cien escudos, pero triste de dejar a su familia.

¿Y qué es lo primerito que encarga a su “oíslo”? Las tareas más femeninas: prepara al rucio, dóblale el pienso, dispón la albarda y demás aparejos. Esto me recuerda a las sufridas esposas del siglo XXI que lavan el coche de su media naranja. ¡Los hay y las hay! Digresiones feministas aparte, el pobre burrillo contra gigantes, endriagos y vestiglos…que aúllan, silban ¡Qué miedo! ¡Entramos en la cueva de los dragones! ¡Este quijotizadísimo escudero nos mete dentro de los fantásticos libros que enloquecieron a su amo! ¡Y sin saber leer! ¡Y lo de la ínsula no se le quita de la cabeza!

Teresa intenta que aterrice haciéndole oír la voz del sentido común: sin ínsula naciste y sin ínsula puedes vivir y has de ocuparte del porvenir de tus vástagos, seas gobernador, escudero o destripaterrones. Como madre idea un futuro convencional para sus hijos, dentro de las posibilidades de su clase social: el chico en la Iglesia y la chica casada con un igual. Con su hijo no hay problema, la criaturita ya tiene quince años y debe ir a la escuela, ya es hora, para que su tío cura se ocupe de él y, si no en sacerdote, por lo menos, lo convierta en sacristán. A esto, Sancho no dice ni mu.

Mas la discusión comienza cuando de Sanchica se trata. La muchacha tiene revolucionadas las hormonas da muestras de querer tener marido, la madre nota los síntomas y piensa en casarla con el vecinito Lope Tocho, sano, rollizo, conocido de toda la vida y que mira bien a la chica. No vaya a terminar abarraganada, vaya palabrota. Eso sí, para ayuda de todo esto Sancho ha de traer dineros, otros cien escudos, de los de a ocho, por lo menos.

Llevando la contraria a su costilla, Sancho está dispuesto a romper las rígidas convenciones de la sociedad estamental y, cuando sea gobernador de la ínsula prometida, la casará” tan altamente, que no la alcancen sino con llamarla «señoría»”. ¡Está más loco que su amo luchando con los molinos de viento! Y Teresa no está dispuesta a transigir con la locura social de su marido, piensa que ante cambios tan bruscos, de indumentaria y de trato, la muchacha se equivocará y descubrirá “la hilaza de su tela basta y grosera”. ¿Casar a su hija “con un condazo, o con caballerote que cuando se le antojase la pusiese’ como nueva llamándola de villana, hija del destripaterrones y de la pelarruecas”? ¡Nunca! Ya de paso, asistimos al desfile “moda femenina del XVII”: zuecos, chapines, sayas parda de catorceno, verdugados, saboyanas y faldas para cubrir grácilmente la cabeza, al entrar en la iglesia.

Bestia, mujer de Barrabás, animalia, mentecata e ignorante…Sancho echa sapos y culebras por la boca. No entiende por qué Teresa no comparte sus delirios de grandeza. Intenta convencerla tocando su vanidad, será Doña Teresa y se sentará en la iglesia sobre alcatifa, almohadas y arambeles para que rabien las encopetadas hidalgas. Si pensaba ablandarla con esto, ha pinchado en hueso. Lo último que ella quiere es que, viéndola vestida de “gobernadora” recuerden su mísero origen y digan: « ¡Mirad qué entonada va la pazpuerca…como si no la conociésemos».

En este tira y afloja salen a relucir los almohades, la infanta Urraca e incluso el suicidio de Melibea…y el traductor que vuelve a insistir en lo de apócrifo. Teresa piensa que el rico que fue pobre es mirado con mil ojos por los maldicientes. Sancho alega que las cosas presentes están en un nuestra memoria mucho más que las pasadas. Bla, bla, bla…la pobre mujer no entiende las arengas y retóricas sanchescas y se rinde. Que haga lo que quiera, que no le quiebre más la cabeza si está “revuelto” a hacer lo que le dé la gana. Sólo pide que se lleve a Sanchico cuando sea gobernador puesto que los hijos han de heredar los oficios de los padres. No hay problema, enviará por él y enviará dineros para que le vista “de modo que disimule lo que es y parezca lo que ha de ser” .Lo de Sanchica condesa es más espinoso que lo de los vestidos pero, recordando la epístola de San Pablo que se lee en las bodas, acepta la carga de obedecer a su tonto marido.

Termina el capítulo con el llanto de Teresa por Sanchica condesa y, en consecuencia, muerta y enterrada para su madre. Para que no llore, Sancho le dice que lo de condesa lo hará lo más tarde que pueda. Y se va a casa de don Quijote que hay mucho que preparar.


Un abrazo quijotesco para Pedro Ojeda y todos los que nos visitan.


María Ángeles Merino

Pedro Ojeda Escudero dice en este blog:

Haces muy bien poniéndote de parte de Teresa: pienso que eso es lo que quería hacer Cervantes, manifestar las fatigas que le daba a este mujer el bueno de Sancho. ¡Qué buenas fotos!

Gracias, Pedro.El personaje de Teresa nos inspira.


También dice en http://laacequia.blogspot.com/,"Noticias de nuestro Quijote", 13 julio 2009:

Abejita de la Vega, al preparar el comentario, nos da una entrada completa en la que el centro de atención es el Sanchico, para enfocarlo luego desde dentro pero con una evidente tendencia a ponerse del lado de Teresa: pienso que tiene razón y que Cervantes lo vio así a la hora de redactarlo. En la siguiente entrada, publica la opinión del Sanchico sobre este diálogo: no os la perdáis, que el pobre hasta ha buscado apócrifo en el Diccionario. Y las fotos de las dos entradas, muy buenas. En algunas, se ve a nuestras lectoras...

Gracias, Pedro y sigamos con estos personajes que cada vez son más humanos.


13 comentarios:

Unknown dijo...

Hace cuatrocientos años, ya se soñaba con ser alguien mas de lo que en realidad uno era.
Buen apunte, buenas fotos para entrar de lleno en este quinto capitulo de la segunda parte.
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

No solo hace cuatrocientos años, querido JAN PUERTA sino, creo, que SIEMPRE se ha querido subir peldaños en la escala social. Muy buen post (y fotos) querida Abejita. Muchos besotes, M.

Ele Bergón dijo...

Pues a mi no me gusta nada la foto. ¡Qué feos y auntiguos!

El Sanchico.

Ele Bergón dijo...

¡Jo! Este capítulo V lo tengo bien leído y subrayado. He buscado en el diccionario algunas palabrejas como "apócrifo". ¿ Insinúan acaso que este capítulo no es verdadero?. Pero si es el único que se ajusta a la realidad. Habla de mi familia y sobre todo habla, aunque muy poco, esa es la verdad, de mi El Sanchico, pero es auténtico, auténtico. (Bueno, dudo un poco en lo de los escudos, yo creo que no se los han gastado todos, porque la maleta la tienen muy guardada).

A lo que vamos

Mi padre y mi madre tienen una charla que después termina en bronca.

Mi padre, es verdad que parecía un concejal hablando y mi madre se lo echa en cara. Mi padre Sancho otra vez ilusionado con ire por ahí con el Alonso y la furgo y con la perra de la ínsula( cuándo se enterará que es isla,pero nada él erre, que erre)

Y así hablando mi madre Teresa Cascajo, le recuerda a mi padre que tiene dos hijos ¡Por fin! "Advertid que Sanchico tiene ya quince años cabales"- en ellos estoy y me temo que siempre los tendré porque nadie sigue mi historia- y es razón que vaya a la escuela - pero sí ya estoy en el "insti" que no te eneras mami- si es que su tío abad le ha de dejar hecho de la iglesia.
No sé a qué tío se refiere y lo de la iglesia lo veo muy aburrido. Ya he escrito por aquí el mal humor que me pone el que hayan querido mandarme con los curas internos a un colegio de Guadalajara. La verdad que motivos tienen pues sólo he aprobado Lenguaje, quizá gracias a vosotros, Gimnasia, Plástica y EDucación para la Ciudadanía, ypor supuesto el recro. El resto ha sido porque los profes no se explican bien que si no...Al año que viene, como repito, lo sacaré todo.

Bueno, que me desvío
De lo que sí se ocupan mis padres, como siempre es de la María Sancha, es decir, Teresica o Sanchica, preoucupados por casarla¡pero si ya tiene novio desde hace tiempo!. No se enteran que es Alberto, el guarda de seguridad del Mercamona donde trabaja.Menudo disgusto se van a llevar cuando se enteren que quieren irse a vivir juntos y que de momento de casarse nada de nada.

Yo creo que mi madre está muy enfadada porque mi padre la está pidiendo permiso para irse por ahí y ella no quiere dárselo y bueno, se lo da justo cuando dice "y digo que si estáis porfiando en tener gobierno, que llevéis con vos a vuestro hijo Sancho". Está claro que hablan de ricos y probres pero discuten por el mando.

Mi padre no quiere llevarme, pero yo tampoco quiero ir con él, porque me lo paso muy bien con mi peña y eso de ser gobernador son chaladuras del Alonso que ahora el tonto de mi padre se las cree y quiere que todos no las creamos, pero conmigo que no cuente.

Choque de manos

El Sanchico

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Por cierto: les dedico la entrada del lunes. Que no se la pierdan estos chavales.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Los trepas siemprehan existido y existirán...si tengo uno quiero dos...y si dos...pues quiero tres...la fotoes tremenda...el pre-presbitero se le ve una cara "feliz"..saludos

Antonio Aguilera dijo...

Pobre seminarista protegido por su madre. Tiene cara de constreñido-estreñido: ya sabe por donde esta el excusado.

Aunque ya sabemos que El Quijote es el libro más "masca" de la mundial literature, el cap. de hoy dedicado a Sancho y Teresa (y a los Sanchicos)"está de muerte", como dirían los jovenzuelos de hoy.

Todo lo que llevamos de la 2ª parte es sublime sin interrupción, que dijera Baudelaire. Se pegó casi 10 años el amigo Cervantes pegándole al coco, para parir algo así.

Ya eché mano de tu recomendado libro de Fernández Álvarez para ilustrar la sumisión de las mujeres en los tiempos cervantinos: anda que si la ministra Aído llega a coger al Frailuco de León le da más que para el pelo...con su Perfecta Casada.

Saludos estivales y achicharraos

Silvia dijo...

Una cosa es querer crecer y otra muy distinta pisotear a la gente, totalmente de acuerdo contigo Manuel, besos para tod@s, pasad feliz verano.

Abejita de la Vega dijo...

Jan:las fotos ayudan, un buen fotógrafo como tú lo sabe bien.

Merche: seguramente en la cueva de Atapuerca ya había homínidos que cazaban mejor y se imponían a sus compañeros.

Ele-Sanchico: estamos en tu capítulo.Me gusta que leas, subrayes y busques palabras en el diccionario, no me extraña que saques buenas notas en Lengua.El seminarista es feo de...

Luz: no sé por qué las fotos quedaron pequeñitas al meterlas en el blog porque en el correo eran grandes. Siempre el blogger las reduce pero no tanto. Están muy bien, de todas maneras.Así no se distingue al del perro.

Pedro: estaremos atentísimos a lo del lunes.

Manuel: trepas había ya en Atapuerca, como le digo a Merche. El pre-presbitero tiene una cara de mala leche que impone. Y no tuvo tiempo de ir al peluquero, greñudo y todo.

Antonio: cara de contreñido estreñido, muy bien dicho.Esta segunda parte va como la seda...La ministra corriendo a gorrazos al frailuco, menuda película sería esa.El libro de Fernández Álvarez complementa la lectura del Quijote.

Silvia: gracias por el piropo que pusiste en la otra entrada, ya ves lo hermosa que está tu ex-profe.

Un beso a todos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Haces muy bien poniéndote de parte de Teresa: pienso que eso es lo que quería hacer Cervantes, manifestar las fatigas que le daba a este mujer el bueno de Sancho. ¡Qué buenas fotos!

Anónimo dijo...

Buenas noches:

Tremenda la idea de enfrentarse a recoger la cosecha, casi siempre de otros, en esos campos pedregosos, con el sol achicharante de julio-agosto.
Los padres pobres, veían una salida de la miseria, enviando a sus hijos a estudiar para curas.
Solo seleccionaban a los más inteligentes de los pobres.
Los que tenían más posibles, sus familias, "religiosísimas" y con alguna relación familiar ya en la jerarquía, soñaban con que llegarían a ocupar altos cargos.
Perfecta la fotografía. La cara del muchacho, es un auténtico poema. La tragedia, seguro que ya estaba comenzando, tras la discusión que seguro había mantenido con su madre.
Niños, con vocación y votos. ¡Qué disparate cruel!.

Saludos. Gelu

P.D.: Sanchico, aprovecha y estudia lo que te guste, pero estudia. De buena te has librado con nacer más tarde.

pancho dijo...

Muy buenas las fotos y el pie de foto de ellas. Qué buena mirada quijotesca: terrones, viajes y molinos.

Me he reído mucho con la semejanza burro – coche. No creo que queden de esas que te laven el coche, como tu bien quieres indicar.

Este Cervantes no repara que Sanchico ya va al isti y con muy buenas notas. En Lengua se sale. Todos los trimestres le publican sus redacciones en la revista. Habrá que volver al XVII para indicárselo. No creo que se amolde al internado. Tiene mucho vivido como para que ahora le quieran cortar las alas.

Abejita de la Vega dijo...

Gelu: era como tú dices, niños pobres e inteligentes reclutados para el seminario.Has escrito una pequeña ficción que podría haber sido realidad, no hay más que ver la cara del chaval.De la que se ha librado el Sanchico moderno.Un comentario el tuyo que es todo un microrrelato.Gracias por visitarnos.

Pancho: quedan, quedan algunas...
Don Quijote no daría abasto si tuviera que embestir tantos molinos eólicos. Están en todas partes.
Gelu hace ficción, tú también con nuestro querido Sanchico.Que apunte Ele Bergón, Sanchico escribe redacciones en la revista del Insti.

Un abrazo amigos.