viernes, 5 de junio de 2009

Avellaneda dijo que Cervantes tenía "pelusa" de Lope.




 Para pelusas las de los chopos, en Burgos, en junio.


Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha


Prólogo al lector


Alonso Fernández de Avellaneda contestaría a Cervantes con algo semejante a esto:

¡Válame Dios con este Cervantes! Dice que en el prólogo no ha de hallar el lector vituperios. Y diciendo que no lo dice, lo cierto es que me llama “asno, mentecato y atrevido”. Si se llega a decidir a reñirme y vituperarme…

La verdad es que no pude resistir la tentación y coger la pluma. Mi amigo Lope me animó a sacar a don Quijote de su aldea, mira qué aburrido está el buen hidalgo, todo el día contemplando como trajinan el ama y a la sobrina, mientras su lanza se cubre de orín. Sácale de allí y obtendrás más fama que el viejo Cervantes. ¿No niega él mismo su autoría? ¿No dice que fue ese Cide Hamete quien escribió el Quijote desde el capítulo IX en adelante?

Dice que con mi pan me lo coma, con pan candeal y alguna tajada de corderito lechal y con frutas de sartén ¡Faltaría más!

Se me fue la mano llamándole viejo, algo que no está en nuestra mano detener. Tiene razón, los años suelen mejorar el entendimiento, siempre que no se cumplan demasiados…y ya se está acercando a los setenta. Es afortunado, un viejo soldado que no ha visto su vida segada por el morbo gálico, las cuartanas o unas calenturas pestilentes.

Y, en cuanto a lo de manco, qué orgullo el motivado por sus heridas o por su gloriosa manquedad, originada en “en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros”. ¡Para lo que sirvió la batalla de Lepanto! Sólo tres años después, en 1574, Túnez y la Goleta cayeron en poder de los turcos.

Lo califiqué de envidioso y él confiesa poseer sólo envidia santa; mas seguidamente dice de cierto sacerdote, del cual no sólo admira el ingenio y las obras sino también “la ocupación continua y virtuosa”. Como todos saben que del “Fénix de los Ingenios” se trata, todos entienden la burla, que mi buen amigo Lope pecador es, y muy conocidos sus pecados, y calificarlo de virtuoso…

Le manifesté mi opinión acerca de sus novelas, más satíricas que ejemplares, a mi juicio. Son buenas pero censuran sin servir de ejemplo…Y él, apuntándose una alabanza, volvió el sentido de la palabra “satíricas”, yendo a su significado primero de “variadas”. Y, en cuanto, a lo de ejemplares, él sabrá lo que quiso decir con ese título.

¡Y dice que se contiene!¡Y que debo tener una gran aflición pues escondo mi nombre y mi patria. Afligido no me hallo, mas tuve mis razones para mentir; ni Alonso, ni Avellaneda ni tordesillano…traidor jamás. Todos conocemos a nuestro Alonso tan seco y avellanado.

¡Tentación! La puerta se quedó abierta, el libro terminaba "con esperanza de la tercera salida de don Quijote". Cuando tuve ante mis ojos ese verso extraído del “Orlando furioso”, el que dice: "Quizá otro cantará con mejor plectro”, pensé que me señalaba a mí. ¡Fama y dinero!

¿Qué me quiere decir con los cuentecitos de perros y locos? ¿Mi labor sólo ha sido hinchar una obra ya escrita? ¿He dejado caer una losa sobre su libro? ¿Me está amenazando?

En cuanto a las ganancias, si hay para los dos, miel sobre hojuelas. Me place que el teatro y la perendenga saquen de la pobreza a Cervantes, junto con el de la triste Figura. Y los dos príncipes que, por su bondad le favorecen, el conde de Lemos y el ilustrísimo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y Rojas. ¡Sin adulación y sin aplauso! ¡Favorecido por los altos y nobles espíritus!

Veamos la dedicatoria que escribe para el de Lemos. A juzgar por sus palabras, se ha visto obligado a encaminar, a toda prisa, a su don Quijote, para aliviarse de las nauseas que mi don Quijote le ha producido. ¡A mí me causa hámago leer el cuento ése del emperador de la China! Lo confiesa, está enfermo y “muy sin dineros”; aunque el conde lo sustente y lo ampare. No lo dudo, no, amigo Cervantes, que ciertamente conoces mi nombre…

En cuatro meses tendrá lo de Persiles y Segismunda, y besa las manos, los pies , lo que haya que besar. Criado de Vuestra Excelencia, así concluyes la dedicatoria, Miguel. Dices bien…

Firmado por ése que tú conoces tan bien, amigo de ése que tanto envidias.


Un abrazo a Pedro y a los que nos visitan


María Ángeles Merino Moya

Pedro Ojeda Escudero. dijo en este blog:

Cuántas sugerencias en tu entrada, todas posibles. ¿Cuál fue la verdadera intención de Avellaneda? Si pudiéramos entrevistarlos...
Y cómo me suena tanta pelusa... ¿el Parral?

Gracias, Pedro por tu comentario y las palabras que me dedicas en tus "Noticias del Quijote". Contestando a tu pregunta, no es el Parral, es la Quinta. Un abrazo.

8 comentarios:

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

dos posibilidades fantásticas, o fue Lope de Vega el que intentó fastidiar a Cervantes ó el de Avellaneda conoce de la "amistad" entre Lope y D.Miguel y de ahí todas esas referencias...nos quedaremos por lo visto con las gnas de saber el nombre del plagiador...saludos

Merche Pallarés dijo...

¡Muy bien Abejita! y seguro que no vas tan mal encaminada... Besotes, M.

pancho dijo...

Ingeniosa narración con cambio de punto de vista. Muy bueno también lo de las avellanas sobre el libro, su influencia tuvieron en que tengamos en tiempo y forma la segunda parte.

Todavía te queda más munición quijotesca en la recámara, estaremos atentos.
Saludos

Unknown dijo...

Y quien es capaz de decir que esta contestación no es copia fiel al original perdido como otras tantas cosas en un traslado forzoso.
La de cosas que aun tendremos que ver y leer. Con placer y admiración, claro.
Un fuerte abrazo

Ele Bergón dijo...

Mi viejo tiene razón !Qué mala consejera es la envidia Sanchico! El Richi, la Vane, mi ex-Churri, alguno que otro más, en vez de alegrarse por lo bien que me lo paso con vosotros, me miran y me dicen que estoy pirao y que les aburro con mis tonterías. Sobre todo he notado que les sienta mal el que me haya dado por leer algo y tomarme más en serio eso de estudiar. Puede que sea un un pelma. No os digo que no, peto también entre ellos les noto que no se aguantan. Muy amigas la Vane y mi ex Churri, pero a veces se tiran cada pulla que ya ya. Si alguien es mi amigo ¿por qué no voy a alegrarme de las cosas buenas que le pase? No entiendo mucho eso de la envidia aunque ahora que lo pienso, cuando mi a hermana Teresa
la hacen más caso mis padres a ella que a mi pues ....me da rabia.

Anda que al tal Avellaneda - qué no se sabe quién es- ¿no? ya le vale hacer otra parte del libro del Cervantes que ya está escrito y además es un cobarde porque no firma con su verdadero nombre.¡Menos mal que el Cervantes sabe estar a la altura de las circunstancia! A mi padre no se lo puedo nombrar. ¡Se pone de una leche!

Bueno que ya me enrollo tanto como vosotros. Todo se pega.

Choque de manos.

El Sanchico

Abejita de la Vega dijo...

Manuel: igual un día lo sabemos, quién sabe.
Merche:igual la ficción da en el clavo de la realidad.
Pancho: queda más munición, el Quijote da mucho de sí.
Jan:quién lo dice que no, gracias Jan, soy una admiradora de tus bellísimas imágenes, incluso las de las tumbas...
Sanchico: te pillé pescando con tu viejo y´mira qué entrada más chuli, gracias a Ele, claro.
Choque de manos a todos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cuántas sugerencias en tu entrada, todas posibles. ¿Cuál fue la verdadera intención de Avellaneda? Si pudiéramos entrevistarlos...
Y cómo me suena tanta pelusa... ¿el Parral?

Silvia dijo...

Creo que Manuel tiene razón, hay veces que algun@ quire fastidiar la buena relacción de otros, en fin, siempre hay gente pá tó.Me alegra mucho volver a verte por aqui Sanchico, besitos para tod@s.