sábado, 4 de octubre de 2008

¿Yelmo o bacía?


 
Comentario al capítulo 1,21 del Quijote, publicado en "La acequia, en la entrada titulado "De la obtención del yelmo de Mambrino y el soñar despierto", el día 2 de octubre de 2008.

"Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero"
"En este capítulo, Don Quijote enristra con su lanzón a un humilde barbero que se había protegido de la lluvia, colocándose una palangana de barbero, la bacía, en la cabeza.

El hombre iba a su trabajo para sangrar a un enfermo y hacer la barba a otro. Con los esquemas laborales y sanitarios de nuestra época, no entendemos esa doble función. El mismo profesional que abría la vena con la lanceta, para expulsar “los males humores”, consiguiendo muchas veces aquello de ser peor el remedio que la enfermedad, también rapaba barbas. Algo cotidiano entonces y más aún para Cervantes, hijo de uno estos barberos-cirujanos, sin título universitario, sin derecho al “don”.

Hay dos sangradores- rapabarbas en la obra y, en un capítulo de la segunda parte, coincidirán: Maese Nicolás y éste del yelmo de Mambrino que volverá…a cobrar su deuda.


Vamos a imaginar, esta vez más mayorcito, al niño Miguel, en un rincón den la barbería de su padre. La tertulia donde se charla y se leen libros de caballería: Amadís, Palmerín, Félixmarte de Hircania. El trabajo: la sangre que cae en la bacía, los pelos de las barbas, toda clase de males mayores y menores y…los locos. Sí, en cierta ocasión, llevaron ante su padre a un enfermo que se creía caballero andante y gritaba eso de “¡Non fuyades cobardes y viles criaturas! Poco se pudo hacer. La psiquiatría tardaría en nacer, sujetarle, atarle…Otro día traerán a un loco huido a la sierra por una pena de amor, a un estudiante que se cree de vidrio…

Sigamos imaginando. Un día lluvioso, Rodrigo vuelve de un servicio, en una aldea próxima .Para no mojarse el sombrero, tan caro, su padre se ha colocado la bacía encima de la cabeza. Miguelillo ríe y exclama: ¡padre, llevas el yelmo de Mambrino!"
 
Hasta la próxima lectura, en el capítulo de los galeotes.

Un saludo a Pedro y a todos los blogueros que entran en “La acequia”.

Pedro Ojeda Escudero. dijo...

ABEJITA: en efecto, como señalas, para Cervantes esta profesión era bien conocida, desde dentro. Me gusta lo que imaginas para él, como origen de esta escena. Saludos y gracias por tu aportación.

 

3 comentarios:

Ele Bergón dijo...

Hola tronca. Soy Sanchico y no me he olvidado de vosotros.

Ya veo que seguís con el rollo ese de Don Alonso, que está más zumbaooo. A mi padre Sancho, poco a poco le está contagiando la locura. Eso dice mi madre y creo que en este caso tiene razón. Y lo que llevaba puesto en la cabeza el Alonso es una especie de orinal roto y aplastado pero al revés. ¿Qué es eso de yelmo y bacía? Vacía se le está quedando la cabeza de tanto leer. Afortunadamente a mi no me pasará eso. ¿Sabes que estoy en una clase de carpineteros? Porque he decididio trabajar con la madera. Eso me engancha. Te digo que sí. Además tenemos una profe que nos da Matemáticas y lengua y es muy enrollada. He descubierto que también le gustan esas historias del Quijote. ¡ A este hombre no me lo puedo quitar de encima! ¡Qué pesaoooo!

(Hoy he escrito sin faltas de ortografía porque estoy aprendiendo mucho con la profe)

¡Hasta la vista coleguis!






Estoy segura que es un yelmo. ¿Cómo se te ocurre pensar que lo que lleva puesto en la cabeza Don Alonso Quijano vaya

Abejita de la Vega dijo...

¡Hola Sanchico,tronco!
Un poco zumbaooooo sí que está ese don Alonso. Y tu padre se está contagiando, ciertamente. Hay que ver como habla a pesar de ser" un porro",como diría tu madre doña Teresa. Un poquitín torpe, rudo y necio.No,no hagas ese gesto, no estoy hablando de su homónimo: el cigarrillo de hachís o marihuana mezclado con tabaco.
Me alegro de que estés aprendiendo a trabajar la madera, material tan noble. y que , al mismo tiempo,estudies algo de materias básicas e instrumentales, con esa profe tan rara, tan rara...que le gustan las cosas de don Alonso.Trátala bien, no vaya a acabar ella también con una palangana en la cabeza y gritando eso de ."¡NON FUYADES, COBARDES Y VILES CRIATURAS!"
Hasta pronto

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Sigo agradeciendo vuestras aportaciones. Ésta y la entrada siguiente sobre los barberos son de interés. Daré cuena de ellas en las próximas noticias.
Sólo una petición: en vez de enlazar las entradas con mi perfil, como hacéis, os pido que lo hagáis con La Acequia, porque si no me resulta más difícil encontrarlas cuando redacto las noticias. Gracias y saludos a Sanchico.